La normalización del alcohol presenta un reto importante para la salud pública. La cultura, la publicidad y las falsas creencias han invisibilizado los problemas con la bebida de muchas personas durante décadas.
Si bien no es problemático consumir alguna que otra copita de vino o cerveza, hay personas que recurren tanto a estas bebidas que llegan a desarrollar dependencia real. Es importante hablar del impacto colectivo que suponen las bebidas alcohólicas en términos de enfermedades, accidentes y trastornos mentales cuando no se tiene equilibrio.
El alcohol, un reto importante para la salud pública
Los terapeutas expertos de la Clínica López Ibor, especializada en salud mental y tratamiento de adicciones, han querido alertarnos de una lacra de la que muy pocas personas son conscientes. Estamos hablando del alcoholismo, una patología que late como un verdadero problema de fondo en esta sociedad, acostumbrada a normalizar beber en cada salida de asueto y ocio.
Este trastorno, a menudo confundido con un consumo social normalizado en entornos lúdicos, tiene graves implicaciones físicas y mentales a largo plazo. Especialmente cuando se empieza a mezclar con otros problemas de salud mental, como ocurre en las personas que padecen patología dual.
¿Cómo identificar una adicción al alcohol? Los expertos explican las señales clave
Esto se puede dar a través de la ansiedad, depresión o incluso trastornos alimenticios muy concretos, que en combinación con este problema lo convierten en un auténtico cóctel molotov.
Según el Dr. Ignacio Basurte, Director Médico de la Clínica López Ibor: “El alcoholismo es una enfermedad progresiva y muchas veces invisible. Identificar sus señales desde el inicio es esencial para intervenir a tiempo y evitar daños severos”, nos comenta sobre el asunto.
¿Soy alcohólico? 10 señales para identificar una adicción real al alcohol
La Dra. Marta Soto, experta en adicciones de la Clínica López Ibor, describe las 10 señales clave que pueden alertar sobre un posible problema con la bebida que quizá ni sabías.
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Consumo excesivo y frecuente: Beber en cualquier ocasión, incluso en la soledad del hogar.
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Normalización del alcohol: Minimizar el impacto de bebidas como cerveza o vino en las salidas y consumir un exceso de copas de estos.
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Deseo constante de beber: Necesidad recurrente de consumir alcohol, aunque la situación no lo propicie.
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Falta de control: Imposibilidad de moderar la cantidad, incluso en situaciones inapropiadas.
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Cambios de conducta: Episodios de agresividad o violencia con nuestros seres queridos, relacionados con el consumo.
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Desinterés por actividades habituales: Abandono de hobbies y obligaciones por anteponer estos momentos de ocio donde su presencia es el centro de la actividad. Si prefieres salir a una discoteca en lugar de irte de ruta un domingo por sistema o incluso podemos salir un domingo teniendo que trabajar al día siguiente, puede que estemos ante un problema.
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Deterioro de relaciones sociales: Alejamiento de personas cercanas y búsqueda de compañeros de bebida.
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Síndrome de abstinencia: Ansiedad, temblores y malestar al intentar dejar de beber los días posteriores a las salidas.
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Intentos fallidos de abstinencia: Dificultades para mantenerse alejado del alcohol.
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Problemas laborales y sociales: Deterioro de la vida personal y profesional por el consumo continuado y sus consecuentes resacas.
Los peligros del alcoholismo y otras patologías
La Patología Dual, que afecta al 60% de las personas con adicciones, combina un trastorno de dependencia como el alcoholismo con un problema de salud mental más serio, como ansiedad, depresión o trastorno bipolar. Según el Dr. Basurte:“Es imprescindible tratar ambos problemas de forma simultánea para lograr una recuperación efectiva”, explica sobre el modo de actuar en estos casos donde ya se ha identificado el problema.
El impacto del alcohol en la salud física y mental
El consumo excesivo de alcohol afecta al cuerpo y al cerebro de manera significativa. Esto e slo que le ocurre a tu mente y organismo cuando tienes una mala relación con el alcohol.
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En el cerebro: Deteriora la corteza orbito frontal y otras áreas responsables de la inhibición, el control emocional y la toma de decisiones. A largo plazo, puede derivar en demencia, trastornos de personalidad y conductas violentas.
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En el cuerpo: Los efectos iniciales incluyen somnolencia y descoordinación. Con el tiempo, el consumo crónico aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, disfunción sexual y complicaciones graves de salud mental.
Enfrentar el alcoholismo, un enfoque integral y personalizado
Reconocer la existencia de un problema es el primer paso para abordar la adicción al alcohol. Los expertos nos explican como abordar el problema mediante un enfoque integral donde es crucial el apoyo de especialistas y comprometerse con una terapia específica.
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Evaluación y diagnóstico: Un análisis detallado para personalizar el tratamiento.
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Terapia individualizada: Intervenciones que abordan tanto la adicción como posibles trastornos asociados.
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Apoyo farmacológico: Control médico durante la abstinencia para minimizar riesgos.
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Terapias grupales: Espacios de apoyo mutuo para compartir experiencias y aprender de otros.
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Desarrollo de habilidades: Técnicas para manejar el estrés y evitar recaídas.
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Seguimiento a largo plazo: Planes de reintegración social y apoyo continuo para mantener la recuperación.
Antes de nada es importante no caer en creencias limitantes que tildan de imposible superar el alcoholismo, pues con implicación y ayuda es posible reconstruir una vida plena.
¿Por qué está tan normalizado el consumo de alcohol?
La normalización del alcohol en la sociedad tiene raíces profundas que combinan factores históricos, culturales, sociales y económicos. Esta aceptación generalizada dificulta a menudo reconocer su impacto como una sustancia adictiva. Aquí te explico las principales razones:
El alcohol ha estado presente en la historia de muchas civilizaciones, vinculado a rituales religiosos, celebraciones y costumbres sociales. Por ejemplo, si atendemos a su representación, observamos que en muchas culturas, brindar con alcohol simboliza unión, festejo o conmemoración.
Y es que las bebidas como el vino, la cerveza o el licor tienen un fuerte arraigo cultural, representando tradiciones nacionales o regionales muy propias del imaginario de tradición. Este vínculo histórico hace que el consumo se perciba como algo natural e inofensivo, especialmente en contextos sociales.
El peligro de las asociaciones mentales con el alcohol
El alcohol está estrechamente relacionado con la idea de diversión, relajación y conexión. Muchas personas lo utilizan como medio para calmar sus nervios ante distintas situaciones con más gente, ya sea para romper barreras sociales, pues muchas personas afirman sentirse más desinhibidos y habladores después de una copa.
El alcohol no solo está ligado a un modo de romper la timidez, también de crear vínculos con otros. Este refuerzo positivo fomenta su aceptación e integración en la vida cotidiana. Celebrar momentos especiales, como bodas, cumpleaños o reuniones festivas o incluso tomarse una copa de vino en casa tras una larga jornada laboral para "relajarse", invitan a nuestra mente a darle un excesivo poder positivo a todo líquido espirituoso.