Alicia González, reputada psicóloga y divulgadora de contenido en Instagram con su cuenta @aliciagonzalezpsicología donde día a día expone situaciones complejas delante de su comunidad de más de 622.000 seguidores, ha querido abordar una cuestión referente al deseo en el vínculo de la pareja.
Hablamos de lo que en psicología se califica de jugar al ratón y al gato, una táctica que implica que uno de los miembros de la pareja se sienta presionado e incluso perseguido a la hora de mantener relaciones íntimas. Por lo que ante cualquier gesto de cariño o cambio de actitud del perseguidor— llamémosle gato— la persona perseguida —llamémosle ratón— se va a sentir incómoda y acorralada por la insistencia de la otra parte, a la que irremediablemente evitará y generará un fuerte rechazo inconsciente.
¿De dónde viene la peligrosa expresión jugar al ratón y al gato en pareja?
¿Pero esto por qué ocurre en una relación de amor? Muy sencillo, se trata de una descompensación completamente normal y orgánica de la forma de gestionar, entender y sentir el deseo conforme pasa el tiempo.
Igual que hay personas que necesitan más gestos de cariño y momentos de intimidad, hay otras que, por el contrario, sienten que no necesitan de tanta cantidad de encuentros o incluso de contacto físico. Esto no se debe necesariamente a que quieran menos, habitualmente el matiz está en que son personas más riscas o que simplemente no tienen tantas ganas de sexo como su cónyuge.
“En las dinámicas de pareja y el tema de las relaciones íntimas de pareja se da mucho una dinámica que se conoce como el gato y el ratón. El gato tiene un deseo mucho más alto y espontáneo, siempre es el que persigue. Esto puede hacerle sentir poco deseado, frustrado o incluso inseguro. El ratón, por otro lado, puede sentirse presionado, culpable por decir que no y preocupado porque piensa que algo está fallando en su deseo”, comienza explicándonos Alicia González.
La importancia de la terapia de pareja para romper dinámicas tóxicas
“Si no se trabaja juntos, se enquista, porque es un pez que se muerde la cola: cuanto más yo te persigo, más me siento perseguidor y más inseguro me vuelvo y más frustrado me vuelvo y a la vez tu más forzado, más culpable... también más inseguro.
Pero hay solución, lo primero que hay que dejar es de perseguir. El gato tiene que soltar la idea de tener que cazar constantemente al ratón para que este no se sienta acorralado, porque llega un momento que para el ratón cualquier gesto del gato —beso, caricia— ya le indica que el gato quiere tener relaciones por lo que no se va a permitir acercarse porque va a estar tensos.
Cuando dejéis de perseguir y colaborar como equipo, el deseo encuentra su camino. No estáis solos, es habitual, incómodo peor hay que trabajarlo” advierte la experta en relaciones de pareja sobre la urgencia de no dejarlo pasar y empezar a dar el paso de tratarlo en consulta.
¿Cómo dejar de jugar al ratón y al gato con tu pareja?
Los problemas de pareja que siguen la dinámica del "gato y el ratón" en las relaciones íntimas suelen surgir por desequilibrios en la comunicación. Resolver los problemas de pareja estilo "ratón y gato" requiere comunicación honesta, empatía mutua y establecer límites claros para evitar malentendidos y dinámicas tóxicas.
En relaciones íntimas donde una dinámica de "ratón y gato" prevalece, los conflictos suelen originarse por malentendidos, inseguridades o juegos de poder. Para superar estos problemas, sigue estos pasos:
1. Reconocer la dinámica
El primer paso es identificar que existe esta dinámica. Si una persona siempre está persiguiendo mientras la otra se muestra evasiva o distante, se crea un ciclo insano de dependencia emocional y frustración. Ambos deben admitir cómo están contribuyendo a este patrón.
2. Fomentar la comunicación honesta
Las conversaciones claras y sinceras son esenciales. Hablen sobre sus sentimientos y expectativas:
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¿Qué necesita cada uno para sentirse querido y valorado?
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¿Qué miedos o inseguridades están afectando la relación?
Este tipo de apertura puede reducir las tensiones que alimentan el juego del "gato y el ratón".
3. Equilibrar el interés
Si uno de los dos siente que está poniendo más esfuerzo que el otro, es importante nivelar la balanza:
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Para el perseguidor: Aprende a dar espacio y no depender exclusivamente de la validación del otro. Esto no solo reduce la presión sobre la relación, sino que también despierta el interés natural de tu pareja.
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Para el evasivo: Trabaja en mostrar más interés y compromiso. Responder a las necesidades emocionales de tu pareja fortalecerá el vínculo.
4. Establecer límites saludables
La independencia personal es crucial en una relación. Ambos deben mantener intereses y actividades propias para evitar la sensación de asfixia o agotamiento emocional. Un poco de distancia saludable puede renovar el deseo y el interés mutuo.
5. Romper rutinas negativas
La monotonía puede intensificar esta dinámica. Sorprenderse mutuamente con pequeños detalles, cambios en la rutina o nuevos planes conjuntos puede ayudar a renovar la chispa. Por ejemplo:
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Planeen una escapada espontánea.
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Cambien el enfoque de sus interacciones íntimas para explorar nuevas formas de conexión.
6. Buscar ayuda profesional
Si el ciclo de "gato y ratón" está demasiado arraigado, acudir a un terapeuta de pareja puede ser una opción eficaz. Un profesional puede ayudarles a identificar patrones tóxicos, mejorar la comunicación y fortalecer la relación.
7. Trabajar en la intimidad emocional
La intimidad no solo es física, sino también emocional. Dedicar tiempo a conocerse a un nivel más profundo, compartir sueños, miedos y aspiraciones puede fortalecer su conexión y desactivar dinámicas competitivas o de manipulación.