A lo largo de los años, se ha establecido una suerte de división en cuanto a preferencias olfativas, en la que nos encontramos personas que adoran los olores que para otros son inverosímiles. En torno a este dilema sobre gustos y efluvios se encuentra el eterno debate sobre los que les agrada el olor a gasolina.
Un aroma muy característico y peculiar que provoca opiniones divididas es el del olor a gasolina pues no son pocos los que encuentran este olor de lo más placentero y agradable. Otros, por el contrario cada vez que visitan una estación de servicio se les despierta sensaciones que oscilan entre el desagrado y lo repulsivo.
Qué significa que te guste el olor a gasolina
Aunque para algunos resulta sorprendente, muchas personas no solo disfrutan indirectamente del olor a gasolina al llenar el tanque de su coche, también se sienten reconfortados con este. Un químico derivado del petróleo que tiene la particularidad de provocar diversas respuestas sensoriales.
Su fuerte fragancia es, sin duda, uno de esos olores que no deja indiferente a nadie. Pero, ¿por qué a algunos les agrada tanto y hasta lo consideran dulce? Existen fundamentos psicológicos y científicos que lo explican. En Consumidor Global hemos hablado con Paula Romero, psicóloga general sanitaria, sobre el motivo de que esto le suceda a tantas personas.
La psicología detrás de los recuerdos
La psicóloga Paula Romero apunta el motivo en la relación de la memoria con los olores: “La atracción por el olor a gasolina, según la psicología, podría ser una mezcla de recuerdos y química cerebral. Una de las explicaciones que le podemos dar es que cada vez que inhalamos ese aroma tan característico, nuestro cerebro viaja con nuestros recuerdos.
Un viaje en coche con la familia, el recuerdo de un paseo en moto con una persona especial dónde hubo que repostar o incluso esas aventuras de la infancia en el garaje. Tal vez tu cerebro vinculó el olor a gas con los recuerdos felices de la infancia”, nos explica la experta sobre uno de los focos dónde podría estar el orígen de esta sensación agradable que provoca ala gasolina.
El olfato, el único sentido que no pasa por el tálamo
Y es que que los olores nos provoquen sensaciones tan nítidas también tiene su explicación científica: “Algo curioso es que el sentido del olfato es único porque no pasa por el tálamo, que actúa como filtro para otros sentidos. En lugar de eso, el olor llega directamente al cerebro, conectándose rápidamente con áreas como la amígdala y el hipocampo, que están relacionadas con las emociones y la memoria. Esto explica por qué los aromas pueden evocar recuerdos intensos y sentimientos profundos de manera tan efectiva”, nos relata la psicóloga Romero sobre esta respuesta emocional vinculada a recuerdos positivos.
La gasolina tiene un ingrediente ‘mágico’
La gasolina es un complejo cóctel de componentes químicos que incluyen anticongelantes, lubricantes, antioxidantes y otros compuestos conocidos como hidrocarburos. Entre estos se encuentran el butano, el pentano, el isopentano, pero los que marcan la diferencia olfativa son los conocidos compuestos BTEX (benceno, etilbenceno, tolueno y xileno). De todos ellos, el benceno destaca como responsable del distintivo olor que la caracteriza.
El benceno se añade al combustible para elevar los niveles de octanaje y optimizar el rendimiento del motor. Su olor dulce es particularmente detectado por nuestro olfato, no es casualidad que algunas personas se sientan profundamente atraídas por este aroma. De hecho, en el siglo XIX, el benceno se empleaba en la fabricación de productos de aseo personal con el único objetivo de otorgarles una fragancia. Años después esta práctica se dejó de lado al descubrirse su elevada toxicidad para el cuerpo.
Benceno y dopamina
La psicología y la ciencia se han dado la mano para hablar de estos efectos del “perfume” de la gasolina en nuestro cerebro: “Desde el punto de vista neuropsicológico, el benceno, uno de los componentes de la gasolina, actúa como un pequeño cóctel que estimula nuestro sistema nervioso. Al inhalarlo, se puede desencadenar una respuesta de euforia, debido a la liberación de dopamina, la hormona del placer”, apunta la psicóloga Paula Romero.
“Así que, al sentir ese olor, no solo revivimos memorias felices, sino que también experimentamos un ‘subidón químico’ que nuestro cerebro interpreta como algo positivo. Para ser más concretos, el amor por el olor a gasolina es una mezcla mágica de nostalgia y un toque de neuroquímica que nos hace sentir vivos y emocionados. Pero, ¡ojo! No es un aroma que debamos disfrutar demasiado a menudo, es devastador para la salud de quienes se vuelven adictos” alerta la experta.
Otros olores curiosos que nos fascinan
El olor a gasolina no es el único aroma que desata tantos adeptos como detractores. A continuación, en Consumidor Global te traemos una lista de las fragancias más extrañas que también triunfan en algunas pituitarias.
Esmalte de uñas
El olor se asocia con los salones de manicura y peluquerías, lugar es donde el tiempo parece ralentizarse y estás completamente presente y pendiente de ti. Ese autocuidado y toma de consciencia de cuidarnos nos resulta todo un placer.
Alcohol etílico o lejía
Sus característicos olores a desinfectantes nos hace sentirnos realmente limpios y en paz con el entorno.
El cabello de tu pareja
Ligado a la mezcla de su propio olor corporal, el efecto de sus hormonas y la fragancia que lleve la marca de su champú o acondicionador favorito.
Productos de papelería infantiles: subrayadores y pegamento
Ciertas leyendas urbanas hablaban de su poder olfativo y adictivo.
Cloro o el plástico de los hinchables de piscina
Los recuerdos asociados a las piscinas son agradables. ¡Es donde nos divertimos jugando en el agua con nuestros amigos y/o familiares!.
El olor derivado del fuego
Ya sea el olor del carbón de las ascuas, la fragancia de la hoguera crepitando, el olor del fósforo de las cerillas o incluso el aroma del humo cuando se extingue el fuego de la mecha son olores que nos traen calidez y confort emocional.
Pelotas de tenis
La deportista y estrella de este deporte, Dominika Cibulkova, llegó a decir en una entrevista que le gustaba el olor de las pelotas nuevas. La combinación de caucho y ese material similar al vellón es, aparentemente, la combinación perfecta.
Libros o zapatos nuevos
Estos olores son sin duda uno de los que más gustan por lo ligados que están a la memoria de ser obsequiados en el pasado con alguno de estos objetos. El papel de los libros y la piel de los zapatos todavía está fresca, e incluso se puede oler el adhesivo empleado en la fabricación, algo que a muchos les resulta embriagador.
Olor a lluvia
Es el olor a plantas o a tierra mojada y fértil, lo que evoca sensación de renovación y crecimiento.
El propio olor corporal
Leído así suena un tanto confuso, pero así es. A muchos les gusta su propio olor corporal o incluso el de su sudoración les parece agradable. Esto se debe a que están acostumbrados a este así como al hecho de ser la consecuencia directa de nuestras hormonas y feromonas. Nuestro cerebro no está diseñado para tenerse rechazo de forma natural.
El olor del sudor de tu pareja o de la persona que te gusta
Como hemos mencionado, el sudor cumple funciones esenciales, como regular la temperatura del cuerpo y expulsar toxinas. Además, influye en nuestra percepción de atracción hacia otras personas, no tanto por el olor del sudor en sí, sino por la presencia de feromonas.