Juana de Castilla pasó a la historia de la humanidad bajo la estela del calificativo de “loca”, un modo en el que la sociedad tuvo a bien explicar cómo de insoportable le resultaba a esta histórica morca española que su marido, Felipe -el Hermoso- mantuviese encuentros constantes con otras mujeres de la corte, siéndole infiel sistemáticamente.
El estereotipo de que las mujeres son emocionalmente inestables ha perdurado durante siglos asociado a los cambios hormonales propios de la condición femenina de la menstruación, tanto ha sido así durante años que, cuando una actitud negativa se detonaba… automáticamente este argumento salía a colación para reforzarlo, para sorpresa de nadie.
¿Realmente hay tantas personas “locas”? La manipulación en pareja
¿Pero cuánto hay de verdad en la afirmación de que las mujeres tienen un problema que las hace reaccionar de forma desmedida o desequilibrada? La psicología nos ofrece una respuesta real y una explicación con nombre propio a eso que sientes en muchas ocasiones y que posiblemente no viene de ti, sino que corre a cargo de una manipulación externa de tu mayor vínculo de confianza, tu pareja.
Imagina esta escena: estás en una cena con tu pareja y amigos. De repente, tu pareja lanza un comentario aparentemente inocente, pero que sabe que te hará saltar. Tú reaccionas, y los presentes, ajenos al contexto, no entienden tu actitud y la tachan de déspota. Mientras tanto, tu pareja sonríe, triunfante, porque ha logrado que quedes como “la loca” y el cómo la “víctima” de la película.
¿Qué es el silbato de perro?
Lo que acabas de experimentar se llama manipulación emocional, y esta técnica, tiene nombre y apellidos en los manuales de psicología. Conocida por silbato de perro, es una táctica propia de personas con tendencias narcisistas, según explica la psicóloga Deborah Murcia, popular en redes sociales por divulgar todo tipo de contenidos referentes a relaciones de abuso, manipulación y/ o dependencia emocional.
Si piensas en un silbato de perro, seguramente imagines ese pequeño instrumento que emite un sonido solo perceptible por los cánidos y que los condiciona a actuar de una forma aprendida y automatizada. En el caso de una relación de pareja, la técnica del narcisista opera más o menos parecido, solo que en vez de un sonido lo que emplea es una palabra específica o determinada que te desestabilice.
¿Cómo funciona esta técnica de manipulación?
Estos códigos a menudo son solo conocidos por la pareja, algo que desde fuera puede resultar incomprensible, pero que en el seno de la relación se conoce como una forma de desencadenar una reacción emocional directamente ligada a un trauma, miedo o dolor emocional que activa la rabia desmedida.
“Es una técnica en la que la persona que manipula utiliza una palabra que desata la rabia en la otra persona (normalmente esta palabra condicionada está ligada a una respuesta condicionada) pero las demás personas que están delante no lo saben, y por lo tanto se genera un conflicto en el que la víctima acaba siendo verdugo. Es una técnica muy difícil de detectar, ya que la persona manipuladora conoce muy bien los puntos débiles de su víctima y lo hace de forma muy sutil”, comenta la especialista en uno de sus videos de su cuenta de Instagram @deborahmur.psico.
El narcisista es conocedor del efecto de lo pronunciado en público, siendo el modo perfecto con el que victimizarse delante de amigos o familiares, lo que sea para que la pareja quede como una “personal loca” delante del resto del grupo, el detonante pasa desapercibido, y la víctima queda retratada como el culpable de forma injusta.
El impacto del silbato de perro
Esta forma de manipulación no actúa de manera aislada. Suele ir acompañada de otras técnicas como el chantaje emocional, el gaslighting o la ley del hielo. Según la psicóloga Raquel López: “las consecuencias en la autoestima de la víctima son profundas, ya que se siente constantemente invalidad y cuestionada”.
Los especialistas confirman que desde fuera puede parecer una técnica simple, es devastadora para quien la padece. El manipulador sabe exactamente dónde atacar para provocar una respuesta impulsiva y disruptiva, activando las emociones más primarias de su pareja.
Cómo identificar a una persona manipuladora
El primer paso para salir de este tipo de relación es reconocer las señales de alerta. Entre los comportamientos más comunes de los manipuladores:
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Dificultad para respetar límites claros.
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Falta de empatía en la convivencia.
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Necesidad de tener siempre la razón, incluso a costa de generar conflictos.
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Devaluación de los gustos y prioridades de su pareja.
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Uso de información personal para causar daño.
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Creencias distorsionadas sobre las relaciones, como “discutir es sano” o “me encanta verte enfadada”.
La psicóloga Raquel López además destaca en uno de sus post divulgativos de Instagram cómo poder reconocer si una persona es de verdad buena par ti:
Cómo salir de la manipulación
Romper con una dinámica de manipulación emocional no es fácil, pero es posible. El primer paso, según López, es establecer límites claros y ser tajante. “No se trata de negociar con el manipulador, sino de priorizar el bienestar emocional propio”, señala.
Contar con una red de apoyo social sólida también es esencial. Amigos, familiares e incluso el acompañamiento de un profesional pueden ser determinantes para sanar las heridas y recuperar la autoestima.