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¿Por qué nos vemos mal en las fotos y bien en el espejo? Así te engañan tus ojos según la psicología
¿Eres de los que te ves siempre bien guapo en el espejo, pero cuando te tomas o toman una foto te ves hecho un desastre? La psicología tiene explicación para esta distorsión visual que tanto te molesta
¿Tú también eres de los que dicen ser poco fotogénicos? Es probable que detestes hacerte fotos porque más de una vez te ha sucedido, que después de engalanarte para un evento te miras en el espejo y te ves guapo y lleno de confianza para tomarte una sesión casera de fotos con tu móvil. Cuando lo haces, miras el resultado de la fotografía y la borras de inmediato. ¿Quién es esa persona tan fea que sale en la foto? Te dices molesto porque la cámara no capte, lo resultón que te has levantado hoy.
No entiendes nada, y cuando vuelves a intentar hacerte otra foto para demostrarte que estás listo para seducir al mundo descubres que la cámara frontal te hace flaco favor con la imagen que te devuelve, menos favorecedora aún de lo que te esperabas. ¿Pero si yo soy así por qué, entonces me veo estupendo en el espejo?, te preguntas.
¿Por qué nos vemos mejor en el espejo que en las fotos?
En Consumidor Global te queremos dar la respuesta si te lo preguntas, no, tu espejo no es mágico ni tu dispositivo (móvil o cámara de fotos) está conspirando contra tu autoestima. De hecho, esta percepción tiene una explicación bastante más simple.
Más allá de afectar la autoestima, el fenómeno de vernos mejor en el espejo está relacionado con la familiaridad. Según diversos especialistas en psicología social, la repetición de ciertos estímulos tiende a hacerlos más agradables. Por esta razón, solemos preferir nuestra imagen reflejada: es como nos vemos con mayor frecuencia, desde un ángulo familiar, con una expresión estática o en movimiento, y con un reflejo inmediato que coincide con nuestra mirada.
¿Por qué no nos gustamos en las fotos?
Además, el hecho de que el espejo muestre una imagen invertida (propia de los reflejos) contribuye a que nos adaptemos a esa perspectiva. Por el contrario, al observarnos en fotografías, la perspectiva no reflejada puede parecer extraña e incluso desagradable a nuestro cerebro.
Tomar una foto, mirar el resultado y eliminarla es un ciclo que muchas personas repiten al intentar fotografiarse. La razón principal detrás de este hábito es común: no nos gustamos en la foto y esto nos molesta y mucho.
Factores psicológicos a tener en cuenta
Vivimos en una sociedad donde la imagen personal juega un papel crucial en múltiples áreas de la vida. Desde establecer relaciones, conseguir empleo o encontrar pareja, hasta formar una impresión inicial sobre alguien, la apariencia suele ser evaluada socialmente como algo de alto valor. Esto lleva a las personas a esforzarse por proyectar la mejor versión de sí mismas y a frustrarse si no lo consiguen.
Sin embargo, a pesar del empeño en cuidar nuestra imagen, es usual sentir cierta insatisfacción al vernos poco agraciados en una fotografía. Este sentimiento a menudo está íntimamente relacionado con la autoexigencia o nuestra autoestima.
¿Es culpa de la cámara?
Es posible que hayas culpado a la cámara cuando no te gusta cómo sales en las fotos, y esta idea no es del todo incorrecta. Parte de la razón por la que las fotografías pueden hacernos lucir diferentes radica en el mecanismo de las lentes.
Para que tu imagen sea “igual” a lo que tus ojos ven en el espejo, necesitarías ser fotografiado a través de una lente de 50 a 200 mm, que conseguiría “aplanar” la imagen (el llamado efecto aberración óptica) lo cual no es posible en una cámara para selfies de un simple móvil. Las lentes de menos de 200 mm dan sensación de ‘afilar’ tu rostro y te hacen verte extraño.
Las cámaras no ven igual que el ojo humano. Dependiendo del tipo de lente, la imagen puede verse distorsionada. Tal y como te revelamos, algunas lentes tienden a aplanar los elementos o alterar sus proporciones, mientras que otras hacen que los objetos distantes parezcan más pequeños de lo que realmente son. Un truco para que esta perspectiva mejore de alguna manera es alejar la lente lo máximo posible cuando nos tomamos nuestros selfies.
El ojo humano vs. la cámara
Además, factores como la iluminación, el enfoque y la perspectiva también influyen, resaltando o disimulando características que quizá no nos parecen tan favorecedoras. Otra explicación importante radica en que los ojos humanos no perciben el mundo de la misma forma que una cámara. Nuestros ojos captan imágenes en movimiento, lo que nos hace más similares a una cámara de video que a una de fotografía.
Por ejemplo, al mirarte en el espejo, la imagen es una combinación de lo que ambos ojos captan, junto con los movimientos de tu rostro. Es similar a cuando hablas con alguien: aunque su rostro se mueve constantemente, tu cerebro procesa su imagen de forma natural y fluida. Sin embargo, una foto captura un instante fijo, y esto puede resaltar expresiones o posiciones que no estamos acostumbrados a ver.
La asimetría facial y la imagen invertida del espejo
Además, los espejos nos muestran una imagen invertida, diferente de lo que captan las cámaras o ven las demás personas. Según investigaciones de la Universidad de Cambridge, esta diferencia de perspectiva juega un papel importante en nuestra percepción negativa de las fotografías.
Por último, es fundamental mencionar que los rostros humanos no son completamente simétricos. Probablemente, tengas un lado de tu cara que prefieres porque se ve más proporcionado o armónico. Al observar una imagen invertida o no invertida, nuestro cerebro interpreta estas variaciones como si fueran rostros distintos, lo que puede explicar por qué algunos selfies no nos convencen hasta que los damos la vuelta editándolos.