“Estás menopáusica perdida”. Es una de las frases que todavía se siguen escuchando, porque el humor es una herramienta habitual para enfrentarse a los tabúes. Aunque el diálogo sobre la menopausia está comenzando a abrirse, especialmente en círculos cercanos, persiste un notable silencio en torno a este proceso vital que ha vivido, vive o vivirá la mitad del planeta. Lo ideal sería normalizar los síntomas de la menopausia sin patologizarlos, pero tampoco se puede quitar importancia a las dudas, los miedos y las inseguridades de muchas mujeres ante este proceso nuevo para ellas.
La menopausia suele comenzar entre los 45 y 55 años, y su duración es variable e impredecible, abarcando entre 6 y 14 años. Esta variabilidad depende de múltiples factores, incluyendo el estilo de vida, la genética, la edad de inicio y la presencia de enfermedades asociadas. Cada mujer experimenta esta etapa de manera única debido a la interacción de factores psicológicos, biológicos y socioculturales. Ante la disparidad y la falta de información nace Kala, la primera aplicación en castellano para acompañar a las mujeres durante la menopausia.
¿Qué es Kala?
La historia de Kala comienza con una observación cotidiana. Eudald Mas y Talia Leibovitz, cofundadores de este proyecto innovador, empezaron a notar que las mujeres a su alrededor -madres, tías, amigas- navegaban solas en un mar de desinformación y mitos sobre la menopausia. Talia, investigadora y profesora en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), fue la primera en darse cuenta del vacío existente en el mundo hispanohablante, pues sí que existían otras aplicaciones en diferentes idiomas.
Así nació la idea de crear Kala, "nos embarcamos en la creación de una app que no sólo ofreciera información, sino que también brindara apoyo, tanto para hacer seguimiento de síntomas, entender los procesos que se están dando, poder controlar y monitorizar esos síntomas y, sobre todo, crear una comunidad para entenderse y compartir experiencias y conocimientos”, expone Mas a Consumidor Global.
Las funcionalidades de Kala
“En Kala se han pensado una serie de funcionalidades que tienen la idea de mitigar estos problemas comunes de la menopausia. Por un lado, está la menopedia, una sección que proporciona información detallada sobre los diversos síntomas, ofreciendo a las mujeres recursos, apoyo y conocimiento sobre sus cuerpos, las opciones de tratamiento, y la salud y bienestar en general", explica Mas. “Además, contamos con un tracker, una herramienta de seguimiento de síntomas que permite monitorizar la evolución de la calidad de vida, almacenar datos y visualizar un historial detallado de los síntomas a lo largo del tiempo”, añade.
Uno de los pilares de Kala es la comunidad. “Es un espacio público y anónimo diseñado para compartir mensajes, responder preguntas y discutir experiencias, proporcionando así un valioso apoyo emocional y social. Este enfoque ayuda a desmantelar el estigma que rodea a la menopausia", afirma Mas. Además de estas funcionalidades gratuitas, Kala ofrece opciones de pago que incluyen programas con expertos, meditaciones guiadas y herramientas emocionales, ampliando así el apoyo y los recursos disponibles para las usuarias.
Aún hay mucho tabú
Mas subraya la importancia de la personalización en Kala. Cada mujer experimenta la menopausia de manera diferente. Algunas luchan contra los sofocos, otras con insomnio o cambios de humor, y muchas ni siquiera son conscientes de que sus síntomas están relacionados con esta etapa. Por eso, desde el primer momento, Kala ofrece a las mujeres la posibilidad de personalizar su experiencia, seleccionando los síntomas que más les afectan. La app, como si de una amiga cercana se tratara, adapta su contenido a las necesidades de cada una, ofreciendo consejos y recursos específicos para ayudarla en su día a día.
“En muchas regiones, el estigma persiste, y el tema de la menopausia sigue siendo un tema del que se prefiere no hablar ni profundizar. Hay datos dispersos por internet y aún mucho tabú. Sin embargo, estamos observando un cambio positivo, con un creciente número de mujeres que desean unirse a comunidades que aborden abiertamente la menopausia”, señala el cofundador de la app. “Muchas mujeres desconocen aspectos clave como las estrategias de prevención y la variedad de tratamientos naturales disponibles para aliviar los síntomas”, apunta.
El hándicap de la tecnología
Sin embargo, no todas las mujeres ven la utilidad de una aplicación como Kala. Eva G., de 57 años, es una de ellas. “Con respecto a la app, yo personalmente no le encuentro utilidad. Creo que cada mujer se gestiona sola y cuando pasa algo serio acude al médico y pregunta”, comenta con franqueza a este medio. Margarita González, de la misma edad, también se muestra reticente a utilizar la tecnología en este ámbito. “Yo no la usaría, no me gusta coger mucho el móvil”, zanja.
En cambio, María Luisa Roselló, de 58 años, destaca la importancia de mantenerse informada y cuidar su bienestar físico de manera natural durante esta etapa. “Lo más desafiante para mí en esta etapa es sentirme bien físicamente sin tener que acudir a fármacos para combatir el posible malestar que se puede sentir, prevenir la osteoporosis y sólo consumir productos naturales”, comparte. “La información la obtengo en conversaciones con amigas de mi generación poniendo en común lo que averiguamos. Para alguna consulta más específica voy a Google”, reconoce.
“No tienes que convivir con estos sintomas”
“Nos enfocamos en que nuestro perfil de usuario pueda utilizar la herramienta con facilidad, y esperamos que este grupo siga creciendo cada año”, explica Mas. “La menopausia representa aproximadamente un tercio de la vida de una mujer, considerando también la premenopausia y la postmenopausia. Nuestro público principal son las mujeres de entre 45 y 50 años, ya que este grupo está especialmente familiarizado con la tecnología”, agrega.
Por último, el cofundador de Kala enfatiza que la creencia de que los síntomas de la menopausia, como los sofocos, son algo con lo que simplemente se debe convivir es errónea. “Existen diversas soluciones, y no todo se reduce a tratamientos hormonales. Hay opciones como el ejercicio, la nutrición, y tratamientos naturales, además de hormonales para casos más severos. La idea de conformarse con los síntomas es una barrera que necesitamos derribar. Es crucial que las mujeres adquieran un mayor conocimiento y puedan enfrentar esta etapa, frecuentemente estigmatizada, con una perspectiva más informada y empoderada”, concluye.