Durante el confinamiento, al no poder abrir la tienda del convento, las hermanas clarisas de Balaguer (Lérida) empezaron a producir un jabón de glicerina con miel y esencia de lavanda.
Es un jabón hecho a mano, como Dios manda, que las monjas elaboran para la empresa Alemany 1879, y ellos lo comercializan en su propia página web y en varios comercios de proximidad por 4,90 euros (60 gramos). También se vende en el Monestir de les Avellanes, un conjunto declarado Patrimonio Histórico y Artístico de Interés Nacional.
El jabón con miel de las monjas clarisas
Jabón del cielo, jabón de miel. Así se llama este cosmético compuesto únicamente de jabón de glicerina vegetal, miel de romero Alemany y esencia de lavanda de la empresa leridana Aromes Can Rosselló.
Un producto de formulación corta que hidrata y tiene propiedades cicatrizantes, desinfectantes, antibacterianas y antisépticas. "Es perfecto para manos, cara, cuerpo y espíritu”, se puede leer en el envase del jabón de Alemany 1879.
Un jabón para limpiar el alma
"Es un jabón espiritual. Ese es su valor: quién lo hace y cómo lo hace", declara Ferran Alemany, el actual propietario de la empresa centenaria Torrons i Mel Alemany.
"Nosotros lo utilizamos como regalo corporativo de la casa. Es un detalle que nos abre puertas porque se trata de un producto que se sale de lo común y gusta mucho", añade el especialista en miel.
'Personas, no robots'
Un producto 100% artesanal que cuaja muy bien con los valores de Torrons i Mel Alemany, una compañía en la que “apostamos por la humanización de los procesos de producción frente a la automatización imperante. Nuestro lema es: Personas, no robots”, explica Alemany.
Un jabón que hace honor a la tradición de la cosmética monástica y permite a las monjas subsistir y dedicarse a la vida contemplativa.