La empresa española de dermocosmética Isdin ha anunciado la presentación de una demanda judicial contra la Organización de Consumidores y Usuarios. La acción legal surge como respuesta a los estudios publicados por la OCU sobre productos de fotoprotección, que la marca califica de “sesgados, sin metodología científica y con criterios arbitrarios”. Este conflicto pone de manifiesto la tensión entre las evaluaciones de consumidores y las afirmaciones de las empresas sobre la eficacia de sus productos.
Según Isdin, la OCU ha publicado informes en los que sus productos, específicamente el Fusion Water Magic SPF 50, no cumplían con el factor de protección solar anunciado en el etiquetado. La empresa argumenta que, a pesar de presentar estudios de laboratorio y recibir el respaldo de la Agencia Española del Medicamento (Aemps), la OCU se ha negado a rectificar sus afirmaciones.
La Aemps apoya a Isdin
La demanda se centra en el último estudio de la organización, publicado en marzo, que señalaba deficiencias en el producto mencionado. Isdin refuta esta afirmación, indicando que la Aemps ha rectificado a la OCU, confirmando que los ensayos realizados tanto in vivo como in vitro apoyan la reivindicación de la etiqueta del producto.
La empresa de dermocosmética ha tomado la iniciativa de informar a más de 50.000 farmacéuticos y dermatólogos sobre la situación, explicando las razones detrás de la demanda y defendiendo la integridad de sus estudios y metodologías. La empresa expresa su preocupación por cómo la información de la OCU está siendo utilizada para lo que considera un acoso a la marca, con ataques denigratorios por parte de algunos influencers y colaboradores de marcas competidoras, tal y como informan desde Crónica Vasca.
La credibilidad de la OCU, bajo lupa
La controversia también ha resucitado debates anteriores sobre la credibilidad de los estudios de la OCU. En 2019, los principales colegios de farmacéuticos expresaron su apoyo a Isdin, cuestionando la rigurosidad de los informes de la organización y sugiriendo que podrían tener motivaciones ocultas.
Este caso ilustra la complejidad de la relación entre las empresas y las organizaciones de consumidores. Por un lado, la OCU busca proteger y orientar a los consumidores con información independiente y basada en pruebas. Por otro lado, Isdin defiende la validez científica de sus productos y la necesidad de proteger su reputación y negocio frente a lo que percibe como informes injustos.