El Ministerio de Sanidad ha anunciado que, a partir de 2025, comenzará a financiar gafas y lentillas para las familias más vulnerables del país. Esta medida, que se espera que entre en vigor en poco más de un año, es un paso significativo hacia la igualdad en la salud visual y representa un alivio económico para aquellos que más lo necesitan.
La salud visual es un componente crítico de la calidad de vida general. Problemas como la miopía, hipermetropía o astigmatismo, si no se tratan adecuadamente, pueden llevar a dificultades en el aprendizaje, en el trabajo y en la interacción social. Para los niños, una visión deficiente puede afectar seriamente su desarrollo educativo y social. En los adultos, puede limitar las oportunidades de empleo y aumentar el riesgo de accidentes.
Los desafíos económicos
Hasta ahora, el costo de las gafas y lentillas ha sido un desafío significativo para muchas familias con recursos limitados. La necesidad de actualizar las recetas y reemplazar los anteojos puede suponer una carga financiera considerable, especialmente para las familias con varios miembros que requieren corrección visual.
En declaraciones a los medios tras inaugurar el I Foro de Salud Pública, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha confirmado que su ministerio “trabaja” para que las gafas y lentillas formen parte de la cartera de servicios en 2025. Esta medida busca que la salud visual no sea un “elemento disruptivo” para las familias que no pueden permitirse el gasto. Además, se trata de una medida igualitaria que busca que las personas más vulnerables no vean mermadas sus capacidades por falta de una mejor salud visual.
¿Quiénes son los beneficiarios?
Aunque aún no se han detallado completamente los criterios de elegibilidad y el proceso de implementación, la expectativa es que la medida cubrirá a menores de edad y se extenderá a todas las personas que cumplan con los requisitos de vulnerabilidad económica. La ministra García no ha aclarado si la medida será universal o se centrará exclusivamente en menores de 18 años.
Lo que está claro es que, al eliminar las barreras económicas, España se está moviendo hacia un futuro donde la igualdad en la salud visual es una realidad accesible para todos. Este es un paso adelante en la construcción de una sociedad más inclusiva y justa, donde la capacidad de ver claramente no está determinada por la situación financiera de una familia.