Las gafas graduadas no son ningún capricho, más bien una necesidad. Cuando toca comprar unas nuevas hay muchos factores que entran en juego para determinar el precio final como la marca, el tipo de montura, la graduación de las lentes o el cristal.
En los últimos años, los cristales con filtro azul han cobrado fuerza. Sirven para bloquear o reducir la luz azul emitida por los dispositivos electrónicos como ordenadores, teléfonos y televisiones. Un extra que no es apto para todos los bolsillos.
Evitar el envejecimiento prematuro del ojo
Los cristales con filtro azul sirven para filtrar longitudes de ondas más energéticas que suelen emitir las pantallas LED. Lo explica a Consumidor Global la optometrista Ana Honrubia.
"Con la actual exposición que todos tenemos a las pantallas, nuestro sistema de visión puede verse afectado y el ojo envejecer de manera prematura", añade.
Un público concreto
Sin embargo, las lentes con filtro azul no son para todas las personas. La citada experta recalca que están pensadas para aquellas que pasan mucho tiempo expuestas a las pantallas LED, sobre todo, en ordenadores.
Así, el objetivo principal es reducir el posible envejecimiento prematuro del ojo y y aportar determinado “confort" a la visión al disminuir las longitudes de onda. El efecto óptico de estos cristales debe ser una visión más cálida y con menos brillo para reducir la fatiga ocular derivada de largas exposiciones a dispositivos electrónicos.
Dudas sobre su eficacia
Las gafas con filtro azul no convencen a todos los oftalmólogos. "Hasta ahora no han demostrado evidencia científica confiable. Por lo tanto, no dejan de ser un reclamo comercial con intereses económicos detrás", confiesa a este medio el doctor Jesús Costa Vila, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Sanitas CIMA.
Una opinión que va en línea con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la cual sostiene que no hay estudios científicos suficientes para afirmar que estos cristales reducen la fatiga ocular, mejora la calidad del sueño y protegen la mácula (parte de la retina encargada de hacer la visión más nítida).
Solo para casos necesarios
No obstante, hay voces que defienden estos filtros con matices. Honrubia asegura que las gafas con filtro azul están pensadas para personas que pasan muchas horas expuestas a pantallas LED. En caso contrario, la experta recomienda usar el filtro antireflejante.
“Me atrevería a decir que estos estudios y percepciones de la OCU pueden desprenderse, concretamente, del uso generalizado de las lentes azules a cualquier usuario. Hace un tiempo, había la tendencia, en mi parecer errónea, de aplicar este tipo de filtro de manera generalizada a cualquier persona que usase lentes de visión”, añade.
¿Compensa pagar más?
En España, aplicar el filtro azul a unas gafas graduadas puede costar unos 100 euros más. Una cifra que puede aumentar o disminuir en función de factores como la marca, el tipo de cristal o la montura.
De lo que no hay duda es que estas lentes dividen al sector de la optometría. En cualquier caso, expertas como Honrubia ven en estas lentes un beneficio para el ojo que se expone durante largas jornadas a las pantallas. Sin embargo, para el doctor Costa Vila no es más que un reclamo publicitario que de poco sirve.