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Estas son las razones por las que caemos mal a las personas, según la psicología

Sigmund Freud planteaba que la personalidad surge de la interacción entre el yo y el superyó, cuando esta última parte tiene un peso excesivo o incluso llega a tomar el control de nuestros pensamientos

Rocío Antón

Una persona insegura porque siente que cae mal a otra gente/ PEXELS

Apostamos que si estás aquí leyéndonos es porque tú también te has preguntado en más de una ocasión por qué no caes bien o por qué incluso nadie consigue ser de tu agrado, por mucho que se esfuercen en ello. Seguro que tú también te has preguntado si es acaso tu culpa, el sentirte tan irritados por lo que otro hace o si esto corre a cargo de los comportamientos de la otra persona al que a menudo le imputas ser nocivo o estúpido.

Te adelantamos que no se trata de culpables, sino de personas incompatibles. En ocasiones, no son pocas las personas que se preocupan demasiado por agradar a los demás sin darse cuenta de que, a veces, algunos comportamientos inconscientes pueden dificultar nuestras relaciones sociales hasta el extremo de llegar a retorcerlas hasta el extremo.

Una persona con muy malas formas/ FREEPIK

Hábitos y actitudes que pueden estar afectándote

Este artículo no pretende darte la solución sobre cómo dejar de caerle mal a tu jefe o cómo empezar a ver con otros ojos a este molesto compañero de trabajo, el truco definitivo está en reflexionar sobre la historia que nos contamos a nosotros mismos. Y como en Consumidor Global solo queremos que sueltes el conflicto y dejes de intentar caerle bien a todo el mundo, en el presente artículo vamos a reflexionar sobre cómo ciertas actitudes puede ayudarnos a construir vínculos menos tóxicos y lazos más cómodos.

Una mujer molesta responde de mala manera en una videollada / FREEPIK

Según la psicóloga Aroa Granados, especializada en terapia para adultos, identificar patrones de conducta que impactan negativamente en nuestras relaciones es el primer paso hacia el cambio en nuestras relaciones interpersonales. Sí que existen ciertos hábitos y actitudes internos que pueden estar haciéndonos parecer una persona indeseable o incómoda en el trato, aprende a identificarlos para no permitir que sigan afectándote.

Las razones por las que caemos mal a las personas, según la psicología

La constante necesidad de aprobación o el deseo de ser aceptados puede generar ansiedad y dependencia emocional cuando experimentamos un rechazo del entorno. Por eso, es esencial aprender a establecer límites y a valorar nuestra propia opinión por encima de la validación externa que nos ofrezcan.

Una persona molesta en una cena de Navidad/ Montaje CG

Aquí te compartimos seis actitudes que pueden estar alejando a las personas de ti que probablemente no eras consciente y unos sencillos trucos para cómo puedes mejorarlas:

1. No prestar atención al hablar

Las conversaciones son una oportunidad para conectar, pero no escuchar con atención puede dar la impresión de que no te importa lo que la otra persona está diciendo. Comportamientos como mirar el teléfono, no hacer contacto visual o responder con comentarios fuera de lugar pueden desconectar al interlocutor o irritarle sobremanera. Una cosa es cómo nos observamos y otra cómo la gente percibe tú yo cuando te comportas en el mundo real.

Una persona que no sabe como comportarse para evitar los conflictos / FREEPIK

2. Llegar tarde constantemente

La puntualidad es una forma de respeto hacia el tiempo de los demás. Ser impuntual de forma habitual puede ser percibido como desconsiderado, incluso si no es tu intención.
Un hábito sencillo para mejorar en este aspecto es planificar tu tiempo con margen suficiente para imprevistos. Y si sabes que no llegarás a tiempo, avisa con antelación. Esto demuestra responsabilidad y consideración.

Un usuario mira el reloj porque llega tarde / PEXELS

La solución: practica la escucha activa. Trabajar la gratitud, ya sea por el tiempo que los demás destinan a estar contigo o por la vida que tienes. Practica el sentimiento de agencia, conócete y ofrece tus talentos al mundo de forma genuina, esto proporcionará al resto una sensación de humildad sin dejarnos dominar por el ego. Esto significa mostrar interés genuino con gestos como asentir, mantener el contacto visual y recapitular lo que se ha dicho. Por ejemplo, si alguien te cuenta algo, puedes responder: “Entonces, lo que me estás diciendo es que…”, para confirmar que entendiste bien.

3. Falta de empatía

Cuando alguien comparte algo importante, espera una respuesta emocional acorde. Si no muestras entusiasmo ante sus alegrías o compasión ante sus problemas, puedes parecer distante o desinteresado.
Cultivar la empatía implica imaginar cómo te sentirías en su lugar y responder de manera genuina. Por ejemplo, si un amigo te cuenta algo positivo, como una promoción laboral, celebra su éxito con frases alentadoras como: “¡Qué increíble, te lo mereces!”. Si, por el contrario, te cuenta un fracaso, abraza su dolor y válida sus emociones más oscuras. A veces solo necesitamos sentir que el dolor es lógico, pero no permanente.

4. Hablar fuera de lugar

A veces, el deseo de participar en una conversación nos lleva a hacer comentarios que pueden resultar inoportunos o innecesarios. Como dice el refrán, es mejor guardar silencio y parecer sabio que hablar sin aportar valor.
Antes de hablar, pregúntate si tu comentario es relevante o constructivo. Si no estás seguro, es mejor escuchar y esperar el momento adecuado para participar.

5. Querer ser siempre el centro de atención

Soltar a nuestro rehén interno, dejar de secuestrar nuestro lado más humano y ser educado es crucial para ofrecer al otro una versión idónea de nosotros mismos. Interrumpir constantemente para redirigir la conversación hacia tus propias experiencias puede ser frustrante para los demás.
Recuerda que una conversación es un intercambio de opiniones y pareceres, si no no es nada.

Es crucial saber escucha en un diálogo entre dos personas/ PEXELS

Escucha primero y, si tienes algo valioso que compartir, hazlo después de que la otra persona haya terminado de comunicarse. Aprender a disfrutar del diálogo sin acaparar la atención fortalece las relaciones y deja de alimentar un ego absurdo que solo necesita reconocimiento.

6. Prioriza la calidad en lugar de la cantidad

Recuerda que no necesitas agradar a todo el mundo para sentirte significativo. Tener un círculo social cercano y reducido con relaciones más sólidas y auténticas es más importante que buscar la aprobación constante de los demás o ser invitado a todos los planes.

Reflexiona sobre estos comportamientos, trabaja en ellos de manera consciente y observa cómo mejora la calidad de tus relaciones sin teñir con experiencias pasadas tu vinculación actual con el mundo. Tu bienestar emocional depende de ti y solo tú puedes empezar a cambiarlo, tu salud mental también te lo agradecerá.