Es frustrante cuando ponemos esfuerzo, tiempo y dedicación en nuestro objetivo de querer perder peso pero no vemos los resultado esperados. No pocas veces nos quedamos estancados en una cifra de la báscula que no revela todo nuestro empeño en seguir una alimentación equilibrada y en hacer deporte.
Muchos son los que se desesperan y se cuestionan constantemente si el problema está en la dieta o sus sesiones de entrenamiento. ¿Será que no destino suficiente tiempo a hacer cardio? ¿Será que debería haber restringido algún alimento? Tranquilidad, no es nada de eso.
Estás haciéndolo mal: una entrenadora personal lo explica
En Consumidor Global hemos hablado con Stefania Fasanella, Health Coach y entrenadora personal sobre este tema que preocupa: “He trabajado con muchas personas que, pese a su compromiso, se encuentran atrapadas en un ciclo de dietas restrictivas, ejercicios agotadores y una constante sensación de fracaso. La verdad es que perder peso no se trata solo de comer menos y pasarse horas en el gimnasio”, nos revela para nuestra sorpresa.
El motivo por el que no consigues perder peso
Sabemos que para perder peso tenemos que hacer un déficit calórico, es decir, comer menos calorías de las que se gastan, pero lo que no sabemos es cual es el punto perfecto entre quemar grasa y no pasar hambre.
Stefania Fasanella lo tiene claro: “El error radica cuando este déficit se hace muy agresivo, muchas personas piensan que cuanto menos comen, más peso perderán, pero esto es un error que puede sabotear sus resultados. Cuando el cuerpo recibe menos energía de la necesaria para sus funciones básicas, entra en un ‘modo ahorro’ y ralentiza el metabolismo a modo de supervivencia, es una respuesta natural para protegernos en momentos de escasez”, nos advierte la entrenadora personal.
“Por lo que en el contexto de una dieta, ser tan restrictivo puede resultar en una menor pérdida de peso y ocurrir todo lo contrario: aumentar de peso porque tu cuerpo está almacenando ante este recorte excesivo de calorías”, revela la Health Coach sobre el peligro de las dietas agresivas.
Cómo perder peso de forma efectiva: las claves
“Además, las dietas muy bajas en calorías pueden llevar a la pérdida de masa muscular, lo cual relentece aún más el metabolismo. La masa muscular es esencial para mantener nuestra tasa metabólica basal alta en estado de reposo, perder músculo significa que, incluso en estado de reposo, el cuerpo quema menos calorías. A la larga, esta ralentización puede hacer que sea más difícil perder peso y mantenerlo.”
“En lugar de enfocarte en comer lo menos posible, prioriza una alimentación balanceada que incluya suficientes proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos. Así mantendrás el metabolismo activo y tendrás la energía necesaria para entrenar y cuidar tu salud general, sin sentir que estás en un sacrificio constante.
No te obsesiones con contar calorías
Si hay algo que es crucial que te grabes en la cabeza es el hecho de no obsesionarte por contar calorías a cada bocado. Sabemos que el déficit calórico es esencial para perder peso, pero centrarse únicamente en reducir calorías puede resultar contraproducente y a la larga frustrante.
La entrenadora personal nos avisa de este peligro en el que tanta gente cae: “Cuando solo pensamos en el ‘cuánto’ estamos comiendo y no en el ‘qué’ estamos comiendo, olvidamos que el cuerpo no procesa igual 200 calorías de una ensalada rica en nutrientes que 200 calorías de un snack ultraprocesado”, apunta sobre este matiz esencial que muy pocos cuidan en sus dietas.
Los alimentos ricos en nutrientes, tu aliado para saciarte
“Los alimentos ricos en nutrientes -como frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables- no solo te proporcionan energía duradera, sino que también ayudan a equilibrar las hormonas, mejorar la digestión y mantener la saciedad por más tiempo. Cuando eliges alimentos de alta calidad, puedes reducir la inflamación y optimizar el funcionamiento metabólico, factores esenciales para un peso saludable” continúa explicándonos la experta y Health Coach, Stefania Fasanella.
Vigila tu ‘hambre emocional’
A menudo estamos tan ocupados que comemos sin prestar atención, respondiendo a estímulos externos, como el estrés o el aburrimiento, más que a las señales reales de nuestro cuerpo. Este patrón nos desconecta de las sensaciones de hambre y saciedad, llevándonos a comer más de lo que realmente necesitamos o a comer de manera impulsiva.
Un detalle crucial a la hora de cuidarnos es el de identificar si nuestro cuerpo nos pide comida a través del estómago o a través de un conflicto en nuestra mente o corazón maltrecho.
“Comer de forma intuitiva y consciente puede ser la diferencia entre un progreso real y un ciclo constante de retrocesos. Al estar más presentes en el momento de comer, podemos aprender a identificar mejor cuándo estamos realmente hambrientos y cuándo estamos comiendo por otros factores emocionales. También podemos experimentar más placer y satisfacción en cada comida, lo que reduce la necesidad de picar entre horas”, revela la experta Stefania Fasanella sobre el tema.
Practica la alimentación consciente
“Antes de comer, tómate unos segundos para respirar y pregúntate si realmente tienes hambre. Cuando comas, mastica despacio y saborea cada bocado. Al escuchar tu cuerpo, te será más fácil distinguir entre el hambre física y el hambre emocional, y, con el tiempo, podrás establecer una relación más saludable con la comida”, nos avanza a modo de consejo la Heath Coach Stefania Fasanella.
“Otro punto muy importante cuando buscamos perder peso... es el sueño y el estrés; son dos factores cruciales para mantener un metabolismo saludable. Cuando no descansamos lo suficiente, nuestro cuerpo produce más cortisol, una hormona que no solo aumenta el apetito, sino que también promueve el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal.
Además, la falta de sueño afecta la producción de hormonas que regulan el hambre, como la leptina y la grelina, provocando un aumento en las ganas de comer alimentos ricos en azúcares y grasas”, nos explica sobre cómo las hormonas pueden estar poniéndole al zancadilla a nuestro proceso de pérdida de peso.
No es la dieta, es tu estrés
Por otro lado, el estrés crónico lleva al cuerpo a un estado constante de "alerta", en el cual prioriza el almacenamiento de energía en lugar de quemarla. Incluso si llevas una dieta equilibrada y entrenas regularmente, un alto nivel de estrés puede sabotear tus esfuerzos para perder peso.
“Cuida tus horas de sueño y dedica tiempo a prácticas que reduzcan el estrés, como la meditación, leer, o simplemente dar un paseo al aire libre. Dormir bien y reducir el estrés puede ser el elemento clave para desbloquear tu progreso y mantener el equilibrio hormonal que el cuerpo necesita para perder peso de forma saludable”, explica la Heath Coach Stefania Fasanella de las pautas más importantes para perder peso de forma efectiva y sana.
Bajar de peso es un proceso
“Perder peso no es una simple cuestión de comer menos y moverse más; es un proceso que requiere cuidar de nuestro cuerpo desde varios factores: alimentación nutritiva, descanso adecuado, manejo del estrés y, sobre todo, una paciencia y constancia A medida que avanzas, recuerda que el objetivo final no es solo un número en la báscula, sino un estilo de vida que te haga sentir bien, con más energía y en sintonía con tus verdaderas necesidades”, nos revela esta entrenadora personal a Consumidor Global.
Al final, recuerda que el verdadero éxito no está en alcanzar la meta lo más rápido posible, sino en disfrutar del camino y construir hábitos que te acompañen toda la vida.