Es escuchar la palabra psicópata y sentir escalofríos… Irremediablemente, la primera idea que nos cruza la mente suele ser un individuo que comete delitos atroces o con pensamientos oscuros atentando contra los demás. No es exactamente así— aunque en los casos de crímenes delictivos a cargo de un psicópata sí que ocurre— pero a veces las personas con una psicopatía no exteriorizada a menudo se presentan como personas corrientes.
En otros casos más evidentes, se muestran como personas egocéntricas, manipuladoras, narcisistas y, en el peor de los casos —que es el que comentábamos— personas que cometen actos violentos y delictivos. Cuando pensamos en personas con rasgos psicopáticos, los adjetivos que se suceden están cargados de connotaciones negativas, cargadas de rechazo o miedo.
El miedo y rechazo natural hacia los psicópatas
La gran problemática de este trastorno y todo lo que conlleva socialmente es que de conocer que una persona tiene esta condición es que la reacción más prudente e instintiva sería alejarnos de alguien así. Esto no es una forma de actuar basada en estigmas y falsas creencias, es natural actuar bajo nuestros instintos de supervivencia, pues vincularse con un psicópata es una apuesta segura de salir perjudicado o gravemente dañado.
Por desgracia, ninguna persona que tiene estas características va con un cartel en la frente avisando al resto de ser potencialmente negativo para su vida. Pero… ¿Qué ocurre si detectamos estos rasgos en alguien? ¿Puede un psicópata cambiar? ¿Es posible que alguien con características marcadamente psicopáticas pueda transformar su manera de ser?
¿Qué es la psicopatía y cómo se manifiesta?
La psicopatía comparte ciertos aspectos con el narcisismo, especialmente en lo que respecta a la falta de empatía y habilidades emocionales. Sin embargo, según Katarina Howner, neurocientífica del Instituto Karolinska en Suecia, la psicopatía tiene una conexión mucho más estrecha con comportamientos antisociales y, en ocasiones, delictivos.
"Una persona psicópata tiende a centrarse exclusivamente en sí misma, buscando satisfacer sus propias necesidades, sin considerar las consecuencias de sus actos", explica Howner en un artículo publicado en Live Science. Algunas características comunes de estos individuos son:
-
Falta de empatía y sentimientos de culpa o vergüenza.
-
Impulsividad extrema.
-
Creencia de que están por encima de las reglas o normas sociales.
-
Conductas agresivas, tanto físicas como verbales, sin justificación aparente.
A pesar de estas características, no es fácil diagnosticar la psicopatía. Solo tras numerosas entrevistas y evaluaciones realizadas por profesionales de la salud mental se pueden identificar rasgos psicopáticos en una persona. El diagnóstico requiere un análisis exhaustivo de la historia personal, explorando patrones de comportamiento, respuestas emocionales y posibles episodios de agresión.
La razón por la que los psicópatas no pueden cambian su naturaleza
Un estudio reciente ha profundizado en la conexión entre la sensibilidad al dolor y los procesos de aprendizaje en individuos con rasgos psicopáticos que no experimentan lo que sienten las personas normales con el dolor o el castigo.
Según esta investigación, la falta de sensibilidad al dolor en personas con niveles elevados de psicopatía parece limitar su capacidad para ajustar su conducta tras experimentar situaciones dolorosas. En otras palabras, el dolor no actúa como una señal de advertencia eficaz para ellos.
¿No hay posibilidad de reinserción?
Este patrón en la toma de decisiones está relacionado con deficiencias en el procesamiento emocional, especialmente en la habilidad para aprender de los errores. Una de las características más destacadas de las personas con rasgos psicopáticos es su incapacidad para aprender de experiencias negativas, como el dolor o los castigos.
Algo que apoya las teorías de muchos psiquiatras y criminólogos de la ineficacia de los métodos punitivos como la cárcel en este tipo de personas que muestran una capacidad nula para modificar su conducta frente al sufrimiento o la frustración de estar en prisión.
¿Pueden los psicópatas experimentar empatía?
Aunque parezca contradictorio, los psicópatas no están completamente desprovistos de empatía. Según los expertos, esta capacidad se divide en dos tipos:
-
Empatía afectiva o emocional: Es la habilidad de sentir las emociones de los demás como si fueran propias, una especie de "resonancia emocional". Este tipo de empatía es prácticamente inexistente en personas con rasgos psicopáticos.
-
Empatía cognitiva: Se refiere a la capacidad de comprender cómo se siente o qué piensa otra persona sin necesariamente compartir esos sentimientos. Curiosamente, en este aspecto, los psicópatas suelen destacar, ya que usan esta habilidad para manipular a los demás.
¿Qué hace diferente al cerebro de un psicópata?
La psicopatía no solo se explica por factores ambientales, como la crianza o las experiencias de vida. También hay una base genética y neurológica que juega un papel importante.
Según Arielle Baskin-Sommers, psicóloga de la Universidad de Yale, existen diferencias significativas en el cerebro de las personas con rasgos psicopáticos, en comparación con personas neurotípicas:
-
La amígdala, una región clave para el procesamiento emocional, suele ser más pequeña o tener una estructura diferente en los psicópatas.
-
El lóbulo prefrontal, responsable de la toma de decisiones, el control de impulsos y la planificación, también muestra alteraciones que afectan su funcionamiento.
Estas diferencias neurobiológicas no solo explican la falta de empatía emocional, sino también su impulsividad y dificultad para adaptarse a normas sociales.