España es un país de cerveceros. Esta bebida alcohólica está presente en todos los bares y restaurantes así como tampoco falta en muchos hogares. Muchos la prefieren con un sabor más suave y otros más fuerte pero en lo que están de acuerdo todos los españoles es que la cerveza se bebe fría. Muy fría.
Ahora bien, al tratarse de una bebida alcohólica no es recomendable abusar de ella. ¿Los motivos? Pues como suele pasar con todo aquello que se come o bebe en exceso, termina teniendo consecuencias para la salud.
Ingredientes claves de la cerveza
Toda cerveza está compuesta por lúpulo, malta y polifenoles. El primero de ellos es el encargado de aportar ese toque amargo que suele tener toda cerveza. Se trata de una sustancia que se obtiene de las flores femeninas del lúpulo. Esta especie de resina amarilla es rica en ácidos alfa y beta, polifenoles y aceites esenciales, que tienen algunos beneficios para la salud.
La malta es la encargada de proporcionar ácidos orgánicos, algunas vitaminas, carbohidratos y minerales. Por último, los polifenoles están muy presentes en cualquier cerveza y son conocidos por sus características antioxidantes, que ayudan a prevenir ciertas enfermedades circulatorias y de los huesos.
Beneficios de la cerveza
Tomar la cerveza en exceso es un error porque contiene alcohol. Ya se sabe que el consumo recomendado de alcohol por todas las autoridades sanitarias es cero.
Ahora bien, eso no quiere decir que pueda tener algunos beneficios para salud siempre que se consuma de forma puntual y sin abusar. La Revista Española de Nutrición señala las siguientes ventajas:
- Mejora el sistema inmune.
- Ayuda a mejorar el sueño.
- Protege el corazón.
- Mejora la salud ósea.
Qué pasa si bebo cerveza todos los días
Todo en exceso perjudica. También la cerveza. Un consumo diario y desmedido de esta bebida puede tener graves consecuencias para la salud. Uno de los más importantes es que puede desembocar en un problema de alcoholismo.
Sin embargo, no es el único. Existen otros peligros que afectan a órganos como el hígado, los trastornos digestivos, la deshidratación o el aumento de peso:
- Daño al hígado: es el encargado de metabolizar el alcohol y un consumo excesivo de cerveza aumenta el riesgo de padecer enfermedades como la cirrosis, esteatosis hepática o la hepatitis alcohólica.
- Trastornos digestivos: problemas como las gastritis o las úlceras se pueden derivar de la ingesta de esta bebida.
- Deshidratación: es muy típico que cuando una persona toma cerveza, aumenta su frecuencia urinaria. Pues bien, hay que tener cuidado porque el cuerpo se puede deshidratar.
- Aumento de peso: en general, todas las bebidas alcohólicas favorecen la subida de peso y la cerveza no es la excepción.