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Qué es 'omoiyari': el método japonés para trabajar la empatía que te hace ser mejor persona

La sociedad japonesa es experta en popularizar sus valores mediante palabras llenas de significado y amor por el prójimo

Rocío Antón

Qué es 'omoiyari': el método japonés para trabajar la empatía PEXELS

La autora Erin Niimi Longhurst en su libro Japonismo introduce un concepto japonés que podría transformar nuestra forma de entender la empatía. El omoiyari, o el acto de ejercer la “compasión desinteresada”. Un principio profundamente enraizado en Japón que invita a anticiparse a las necesidades de los demás, generando bienestar y felicidad tanto en quien lo ejerce como en quien lo recibe.

La empatía es fundamental entre los seres humanos / PEXELS

‘Omoiyari’ o el acto de la compasión desinteresada

La empatía tiene un poder capital en nuestras vidas, el hecho de tomar consideración hacia el otro se traduce en una búsqueda de armonía social. Una cultura alejada del individualismo tan imperante en occidente. El cooperar en el bien común así como en la evitación del conflicto con otros son dos valores fundamentales en Japón, y pueden observarse en tradiciones como el omotenashi (hospitalidad) y el kirei (limpieza y organización).

Estas prácticas, tan presentes en la vida diaria, que reflejan el compromiso de los japoneses con su comunidad, reforzando el valor de cuidar y respetar al prójimo por encima de nuestros propios intereses.

En occidente no se nos inculca el actuar bien o sin desinterés/ PEXELS

El valor de un gesto: La historia detrás de ‘Omoiyari’

No es de extrañar que esta forma de entender la vida diese lugar a la popularización de términos y palabras que promueven esta idea común de ejercer la empatía con desinterés. La esencia del ‘omoiyari’ tiene su origen en una leyenda que se cuenta en Naha, donde según cuentan, una turista entró a un establecimiento para coger un café para llevar. Al notar una planta con hermosas flores a la entrada de una cafetería, se detuvo a observarla.

Más tarde, la dueña del establecimiento, al notar su interés, le regaló un esqueje de esa misma planta al pagar su café. Este gesto, por pequeño que parezca, demuestra la amabilidad y el deseo de alegrar el día de alguien más, sin esperar nada a cambio. El detalle de que la turista estuviera de paso habla precisamente de este acto desinteresado, pues no se trataba de fidelizar a un cliente, es decir, no obtenía anda.

¿Qué es el Omoiyari?

El término omoiyari se traduce comúnmente como "empatía", pero su significado va mucho más allá. 'Omoi' implica pensamientos o preocupaciones hacia otros, el 'yari' proviene de "dar" o "enviar". Así, omoiyari puede entenderse como "enviar pensamientos altruistas hacia los demás". No se trata solo de sentir empatía, sino de llevarla a la acción, buscando el bienestar de otros de manera intuitiva y discreta.

El valor de un gesto de empatía puede ser incalculable para otra persona/ PEXELS

‘Omoiyari’ presente en la vida cotidiana Japonesa

En Japón, los gestos de omoiyari se expresan de formas sencillas pero significativas. Si el personal de una tienda ve que un cliente lleva varias bolsas, le ofrecerá una más grande para que pueda llevar sus compras con mayor comodidad. Incluso el acto de quedarse en silencio es ya omoiyari: en espacios públicos, los japoneses bajan la voz y colocan sus teléfonos en modo silencioso para no molestar a los demás.

La capacidad de percibir y adaptarse a las necesidades del entorno se relaciona también con el kuuki wo yomu, que significaría saber leer la situación del contexto. Esta habilidad permite captar las emociones y necesidades de otros de forma intuitiva, ayudando de manera sutil y respetuosa, sin hacer preguntas intrusivas ni intentar tratar de llamar la atención.

En Japón, compartir un paraguas con alguien especial, es un acto de empatía y romanticismo/ PEXELS

Japón educa en valores

Desde la infancia, los japoneses aprenden la importancia del omoiyari, que se considera un pilar fundamental en la comunicación y convivencia social. Una encuesta a nivel nacional reveló que el 86,7% de los padres japoneses desean que sus hijos desarrollen esta sensibilidad por el bien que crea precisamente en la sociedad. Para el profesor Kazuya Hara, de la Universidad Meikai, la falta de omoiyari es una de las causas subyacentes de la violencia en muchas sociedades modernas occidentales.

El omoiyari combina altruismo, simpatía y empatía, y promueve comportamientos prosociales que buscan el bien común sin esperar nada a cambio. La satisfacción de quien ayuda está ligada al bienestar del otro, generando una gratificación compartida que fortalece el tejido social.

El lado oscuro del Omoiyari

No obstante, la práctica del omoiyari puede ser compleja. En algunos casos, la amabilidad podría interpretarse como una intromisión pues la persona puede no desear la ayuda. Este dilema se refleja en el término sakaurami, que describe el acto de sospechar de alguien que intenta ser amable. Para practicar omoiyari se requiere sensibilidad para entender cuándo actuar y cuándo no, evitando así intervenciones innecesarias que puedan resultar incómodas para el otro.

A pesar de estos desafíos, el omoiyari sigue siendo una práctica profundamente valorada que enriquece la vida cotidiana en Japón. Su esencia se basa en la compasión genuina y la disposición a ayudar sin esperar una recompensa, contribuyendo a una sociedad más amable y empática. Lo que comúnmente llamaríamos ser buena persona.

La importancia de la empatía para ser mejor persona

La empatía es una habilidad esencial en la psicología que potencia la comprensión, el apoyo y la conexión entre las personas. Esta capacidad de comprender y compartir las emociones de los demás, es uno de los pilares fundamentales en el campo de la psicología ya que es crucial tanto en las relaciones personales como en la comunicación, pues fortalece las relaciones interpersonales y ayuda a construir un entorno de apoyo y comprensión en el que las personas puedan expresar sus pensamientos y emociones con confianza.

La empatía permite a las personas ponerse en el lugar de otros, lo que no solo refuerza los vínculos sociales, sino que también promueve el desarrollo de competencias emocionales como el autocontrol, la asertividad y la comprensión mutua.