Según la Fundación Española del Corazón (FEC), 520 millones de personas conviven con enfermedades cardiovasculares en el mundo y calculan que el 42% de los españoles padece más de un factor de riesgo cardiovascular. Tal y como señalan desde la FEC, entre el 80 y el 90% de los infartos se asocian a factores de riesgo clásicos conocidos y modificables, lo que significa que se podrían prevenir si se evita caer en el sedentarismo, el tabaco y una mala alimentación.
En el marco del III Encuentro de Verano Alimentación Mediterránea de Precisión: Visión Internacional, la doctora Ascensión Marcos, directora del Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha detallado cómo la nutrición y la alimentación saludable puede ayudar a preservar la salud e incluso podría llegar a prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e hipertensión arterial.
La dieta y las enfermedades cardiovasculares
Los hábitos alimentarios han provocado un aumento de graves patologías metabólicas como diabetes tipo 2 e hipertensión arterial, además de haber aumentado las cifras de obesidad.
Por ello, durante su intervención, la doctora Marcos ha señalado que, para prevenir enfermedades y mejorar la salud cardiovascular, es recomendable seguir un patrón de vida saludable en el que se tenga en cuenta la práctica de actividad física, una buena rutina de sueño y una correcta alimentación, como es el caso de la Dieta Mediterránea. De hecho, el seguimiento de este tipo de dieta puede retrasar la aparición de estas enfermedades hasta 3,5 años.
La Dieta Mediterránea
La experta ha puntualizado que la Dieta Mediterránea podría, además, tener efectos cardioprotectores sobre el HDL. "Los efectos saludables de este patrón dietético muy probablemente se deban a la combinación de muchos nutrientes con propiedades antiinflamatorias y/o antioxidantes presentes en esos alimentos", ha puntualizado.
"El HDL o lo que conocemos como colesterol bueno, aumenta la capacidad de proteger contra la oxidación que producen las LDL, evitando así que los lípidos se depositen en las arterias", añade la especialista.
Reducir el riesgo de enfermedad y muerte con la alimentación
Durante su intervención en el Campus de Soria, la directora del Grupo de Inmunonutrición del ICTAN ha insistido en que "la adherencia a este patrón de Dieta Mediterránea podría reducir de manera significativa el riesgo de enfermedad y muerte por las principales causas de enfermedades cardiovasculares y cáncer, entre otras", añadiendo que "además es rico en polifenoles, sustancias que pueden explicar al menos en parte los efectos beneficiosos la salud general y cardiovascular".
La doctora Marcos también considera que "el consumo moderado de bebidas fermentadas de bajo grado alcohólico, como la cerveza, en un patrón de vida saludable, como en el caso de la Dieta Mediterránea, es compatible con el mantenimiento de la salud y protección frente a procesos cardiovasculares y metabólicos".
El consumo moderado de cerveza
Tras un consumo moderado de cerveza, el HDL podría experimentar un aumento en sangre, asociado a un menor riesgo de cardiopatías isquémicas, y participar en la protección del organismo frente a enfermedades cardiovasculares. Por ello, la experta concluye que la ingesta moderada de cerveza podría proteger frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto y favorecer la función cardiaca global. El consumo moderado de cerveza podría ayudar a reducir el riesgo cardiovascular y la mortalidad general dentro de un estilo de vida saludable", señala.
La experta insiste en que es esencial evitar el consumo abusivo de alcohol, respetando un consumo moderado de cerveza de 200 y 300 mililitros de cerveza al día para mujeres y hombres sanos respectivamente, y siempre acompañado de alimentos. "Los efectos beneficiosos de este tipo de bebidas se observan únicamente cuando el consumo es moderado y responsable por parte de adultos sanos cuya alimentación es sana y equilibrada", puntualiza.