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Cómo enfrentar y sobrevivir a las incómodas cenas de Navidad en familia, según la psicología
Te contamos los mejores consejos para como superar con éxito una Navidad en familia cuando hay conflictos con personas que no vemos a diario y con los que no tenemos afinidad
La Navidad es sinónimo de reencuentros familiares, cenas compartidas y celebraciones llenas de tradición, algo que muchas personas parecen esperar con cariño, pero otras, ven como algo tedioso e insoportable. Y es que habitualmente no todos tienen la suerte de vivir estas fechas con la misma ilusión y en la mejor compañía.
Para no pocas personas, estas reuniones pueden generar ansiedad o incomodidad y en el peor caso redecillas, especialmente si existe poco vínculo entre los familiares o diferencias personales un poco irreconciliables.
Si la perspectiva de la cena de Nochebuena te provoca una subida de cortisol incómoda y ansiosa, en Consumidor Global queremos traerte los mejores trucos de los expertos en psicología para ofrecerte claves que permitan enfrentar estas situaciones con ese familiar que no es muy santo de tu devoción.
Cómo manejar las reuniones familiares en Navidad
Sí, cómo lo oyes, no tienes por qué desesperar, existe una manera saludable de asistir a tus compromisos navideños de forma armoniosa. Las cenas de Nochebuena y Nochevieja, junto con las comidas de Navidad y Año Nuevo, traen preocupación o desgana a no pocas personas, particularmente en familias donde existen conflictos no resueltos o relaciones distantes.
En este contexto, las personas que padecen fobia social pueden ver agravados sus síntomas debido a la ansiedad que generan estas interacciones molestas, señala la psicóloga clínica Laura Fuster.
Decidir si te hará bien asistir
El primer paso es reflexionar si se desea realmente asistir a estos encuentros. "Muchas veces asumimos que acudir es obligatorio, pero no tiene por qué ser así", comenta el psicólogo Luis Miguel Real sobre la gran mentira orquestada por la culpa que nos hacen experimentar nuestros familiares por la presión social propia de estas fechas señaladas. Y es que es un error creer que es un deber porque es nuestra familia y no tenemos otra opción.
Si la anticipación de incomodidad o malestar es demasiado alta, no acudir es una opción válida. Según Fuster, tomar decisiones conscientes sobre lo que queremos hacer en Navidad es clave, priorizando nuestros propios deseos por encima de las expectativas familiares o sociales de lo que se espera de nosotros.
Cómo afrontar las reuniones familiares conflictivas
"La visualización previa nos ayuda a reaccionar de manera calmada y asertiva", explica sabiamente el psicólogo Luis Miguel Real. Por ejemplo, es válido expresar con firmeza que no deseas abordar ciertos temas con una llamada de preaviso. También es importante recordar que no estás obligado a participar en todas las conversaciones.
Otro consejo esencial es evitar recurrir al alcohol como una forma de lidiar con el estrés. Según Real, el alcohol puede aumentar la probabilidad de perder el control ante una provocación, lejos de aliviar la incomodidad.
Resolver conflictos antes de las fechas clave
Si decides participar, es útil anticipar posibles situaciones incómodas y planificar cómo manejarlas. Esto incluye ensayar respuestas para momentos tensos, como preguntas invasivas o comentarios inapropiados de índole íntima
Si existen tensiones latentes dentro de la familia, Real recomienda abordarlas antes de las celebraciones navideñas. Estas fechas no son el momento ideal para resolver conflictos, por lo que es mejor llegar a los encuentros con los temas delicados previamente tratados.
Las mejores claves para una Navidad asertiva
la psicóloga clínica Laura Fuster nos explica sus dos consejos fundamentales para estas fechas de la siguiente manera.
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Reflexionar sobre lo que realmente queremos hacer: Dedica tiempo a analizar tus propios deseos para estas fiestas, evitando dejarte influenciar por lo que otros esperan de ti.
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Tomar decisiones firmes: Establecer límites y decir "no" a ciertos planes puede ser necesario para preservar tu bienestar emocional. Practicar la asertividad es clave para comunicar estas decisiones sin generar conflictos adicionales.
La importancia de conocer nuestro contexto, pese a estar en Navidad
Es importante reconocer que las tensiones son comunes en muchas familias, aunque a menudo se oculten bajo una fachada de armonía. Si en tu casa cuecen habas como decía el popular dicho español, no se va a solucionar por arte de magia porque sea Navidad. Y si el conflicto toma ese cauce, es importante que sepas que lo que no se habla, sigue estando pero de otra forma.
Forzar una imagen de perfección puede ser contraproducente y, en algunos casos, la decisión más saludable podría ser no participar en las reuniones familiares. Si eliges celebrar de otra manera o con otras personas, recuerda que priorizar tu bienestar es válido y legítimo.
En definitiva, las fiestas navideñas deberían ser un momento de conexión auténtica y voluntaria. Si decides asistir, hacerlo con una actitud positiva y respetando tus propios límites puede ayudarte a disfrutar de estas celebraciones. Por otro lado, si optas por no acudir, también tienes el derecho de celebrar a tu manera, brindando desde la distancia.