La falta de descanso adecuado impacta negativamente en la salud y se asocia con problemas como el aumento de peso, un índice de masa corporal igual o superior a 30, diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares e incluso trastornos mentales tales como la depresión.
¿La falta de sueño aumenta el peso?
No dormir lo suficiente o tener un descanso de mala calidad puede ser un factor determinante en el desarrollo del sobrepeso. La privación de sueño altera el equilibrio hormonal del cuerpo, provocando un aumento de la grelina (hormona que estimula el hambre) y una reducción de leptina (hormona que genera sensación de saciedad).
Este desajuste hormonal incrementa el apetito y, en muchos casos, induce a consumir alimentos altamente calóricos. Esto sucede porque el cuerpo busca compensar la falta de energía que no obtuvo durante el descanso con calorías provenientes de la comida. El resultado es un círculo vicioso que contribuye al aumento de peso y a otros problemas de salud relacionados.
Hay que dormir bien para adelgazar
Cuando pensamos en malos hábitos, solemos imaginar fumar o abusar del alcohol. Sin embargo, según el médico Rafael Guzmán García, experto en psiconeuroinmunología, hay otros igualmente dañinos que suelen pasarnos desapercibidos como es el dormir poco, desconectarnos por completo de la naturaleza, comer de manera desequilibrada o no tener ningún contacto con la luz solar.
El especialista destaca la importancia de respetar el biorritmo natural del cuerpo, estrechamente vinculado a los ciclos de luz solar y la oscuridad de la ausencia de esta. "Los seres humanos somos fotoperiódicos, al igual que casi todos los seres vivos del planeta. Dependemos de los ciclos de luz para regular nuestras funciones vitales y mantenernos saludables", afirma.
El 55% de la grasa corporal se quema mientras dormimos
¿Sabías que parte del secreto para perder peso está en tu cama? Y no, no nos referimos a ningún doble sentido. Según Rafael Guzmán García, el sistema inmune, pieza clave en la quema de calorías, se activa mientras dormimos, utilizando reservas de energía para cumplir la función de mantenernos respirando y con vida: "Durante el sueño, el sistema inmune centraliza sus esfuerzos y aumenta el número de células defensivas en sangre, lo que requiere un alto gasto energético", explica.
Esta actividad explica el porqué quemamos grasa corporal durante el descanso. De hecho, más del 55% de la pérdida de grasa ocurre mientras dormimos. Por ello, el especialista advierte: "Si haces dieta, pero no descansas lo suficiente, perderás más músculo que grasa", revela.
El arte de descansar para rejuvenecer
Cuando el sol se oculta y el cielo se tiñe de oscuridad, el cuerpo recibe una señal inequívoca: es hora de descansar. Para Guzmán García, el sueño no es solo un momento de reposo, sino el motor de la regeneración de los tejidos y órganos. "Durante el día, el cuerpo sufre desgaste: los huesos pierden densidad, los músculos disminuyen masa y destruimos células de órganos como la piel o el hígado. Por la noche, todos estos tejidos se reparan y rejuvenecen", explica el especialista.
El experto enfatiza que los adultos necesitan un mínimo de 7 horas de sueño para beneficiarse de procesos como la reparación celular y la eliminación de toxinas cerebrales, aunque reconoce que 9 horas serían ideales.
Cómo dormir mejor: claves para un buen sueño
Para maximizar los beneficios del sueño y asegurar esta deseada pérdida de peso enfocada en la grasa, Rafael Guzmán García sugiere seguir una serie de tips clave.
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Alimentación: Intenta incluir en tu dieta alimentos que favorezcan la producción de melatonina, la hormona del sueño. Algunos ejemplos: plátano, manzana, cerezas, ciruelas, pasas, tofu, soja, avena y arroz, entre otros.
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Evitar estimulantes: Nada de café, té o chocolate a partir de las 18:00 h.
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Horario regular: Acuéstate no más tarde de las 23:00 horas (en invierno) y asegúrate de dormir al menos 7 horas.
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Ambiente cálido: Intenta mejorar tu higiene de sueño eliminando luces blancas y pantallas a medida que cae la noche: luces cálidas antes de acostarte y mantén la habitación al menos a 19 °C.
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Desconexión digital: No uses tu teléfono más allá de las 22.00 h. Retira los dispositivos electrónicos del dormitorio y apaga tu router hasta la mañana siguiente.
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Oscuridad total: Duerme en completa oscuridad, si lo necesitas ponte un antifaz.
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Aire fresco: Mantén la puerta o ventana entreabierta para reducir la acumulación de CO₂ al dormir.
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Luz solar diaria: Dedica al menos 30 minutos al día a exponerte a la luz natural, repartidos entre la mañana y la tarde, esto no solo subirá tu Vitamina D, sino que estimulará la producción de melanina.
Cuidar nuestro sueño no solo es fundamental para rejuvenecer, sino que también podría ser tu mejor aliado en el camino hacia una vida más saludable y equilibrada. Como bien señala Rafael Guzmán García, "son la noche y el descanso los que realmente nos dan la vida".