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FEV: “El concepto natural puede dar a entender que un vino es más sostenible, pero no tiene por qué”
La Federación Española del Vino advierte de que las inversiones que se requieren para hacer efectivo un avance en sostenibilidad son inviables para la mayoría de bodegas
930.000 hectáreas de viñedo, más de 4.300 bodegas, cerca de 360.000 empleos, unas 150 variedades autóctonas y un número de brindis incalculable. Las cifras del vino en España son portentosas, si bien el sector se enfrenta a multitud de retos: la mejora de la rentabilidad y la competitividad, la sostenibilidad, el consumo responsable, el fomento del enoturismo o el reciclaje de las botellas.
Hablamos de ello con Trinidad Márquez, responsable Técnica y de Medio Ambiente en la Federación Española del Vino (FEV).
–Durante un congreso sobre sostenibilidad celebrado recientemente, usted explicó que la reutilización de envases iba a ser una prioridad y que el sector del vino quería anticiparse a los retos que plantea. ¿De qué modo?
–El reciclaje está siendo un eje prioritario en las normativas nacionales y europeas. Las nuevas políticas, a nivel de envases, están suponiendo un punto de inflexión, y, aunque hay medidas para incentivar los objetivos de reciclado, no sabemos si a nivel europeo va a haber unos objetivos específicos para nuestro sector o va a quedar exento. Todavía está negociándose. En cualquier caso, como sector, vemos que la reutilización está encima de la mesa, con un mayor o menor grado de exigencia.
Lo que identificamos dentro del sector del vino es que no estábamos preparados para ello ni teníamos toda la información necesaria para analizar, con los datos, si podía llegar a ser viable técnica, económica y medioambientalmente. Esto motiva que la Federación lidere un proyecto de i+D+i que nos ha concedido el Ministerio de Agricultura, y estamos en ello, viendo qué opciones hay.
–¿Y qué implicaciones puede tener para el consumidor final? ¿Tendrá que hacer algo diferente?
–La reutilización, en el caso del vino, es como cualquier otra bebida a nivel de consumidor. Ahora mismo existen sectores como el de los refrescos o el de la cerveza que ya reutilizan parte de sus envases. Lo hacen en el canal Horeca, de modo que es el restaurante el que devuelve la botella, pero ahora mismo la tendencia normativa es que ya no solamente sea a través del restaurante, sino del canal alimentación. Ahí ya se hace responsable, efectivamente, al propio consumidor, que debe entregar el envase al propio retail.
De momento, nuestro proyecto no analiza esa parte, sino que se centra en el canal Horeca. Lo que ocurre es que, como sector, tenemos una serie de limitaciones intrínsecas para la reutilización, de modo que supone un reto mucho mayor. En primer lugar, por su propia estructura, que está muy atomizada: hablamos de unas 4.000 bodegas a nivel nacional, la mayoría de las cuales son pymes, familiares. Las inversiones que se requieren para hacer efectiva la reutilización (con plantas de lavado, cambiando absolutamente todo el modelo logístico), suponen un esfuerzo mayúsculo para estas bodegas. Implica dotarse de una infraestructura nueva, y eso no es viable nada más que para determinadas empresas.
–¿Qué otras limitaciones encuentra el sector para hacer efectiva la reutilización de envases?
–La segunda sería el alto nivel de exportación que tenemos. Estamos hablando de que la reutilización suele ser eficiente o está enfocada a un consumo más o menos local, pero más del 60% de nuestro producto va fuera de España. Nuestro consumo, además, es muy deslocalizado: una botella de Rías Baixas se produce en Galicia, pero se puede consumir en Madrid o Cataluña, lo que implica 1.000 kilómetros de ida y vuelta, así que no es un modelo eficiente.
También hay que tener en cuenta la baja rotación que tiene el producto en restaurantes. Otro tipo de bebidas se consumen de forma mucho más rápida, pero una botella de vino quizá está más tiempo en el establecimiento. Con todo, creemos que algunas de estas barreras se pueden intentar limar. Es difícil, es complejo, pero creemos que en determinados productos no es imposible. Queremos ver en qué casos puede suponer una oportunidad.
–¿Cómo van los índices de consumo de vino en España?
–Lamentablemente van a la baja. Llevamos unos años en los que el consumo se va reduciendo, y es algo que tiene que ver con muchos factores. Antes, el hábito del consumo de vino estaba vinculado a comer en casa, y ahora, con el ritmo de vida actual, eso se ha reducido. Así que ahí estamos, desarrollando campañas fuertes para que no siga decayendo el consumo de vino en el principal viñedo del mundo.
–Quería preguntarle por la tendencia de los vinos naturales. ¿Cómo interpretan el crecimiento de este tipo de vinos?
–Lo que ocurre es que los vinos naturales no son una categoría. Habría que preguntarse qué es un vino natural: o todo vino es natural o todo vino es igual de artificial. Es decir, un vino ecológico sigue unas normas absolutamente definidas a nivel europeo, existen auditorías que certifican que efectivamente lo es… En cambio, hasta ahora tú podías poner “vino natural” en la etiqueta del vino y nadie comprobaba si realmente lo era.
No está establecido en ningún sitio qué es el vino natural, por tanto, puede ser lo que cada productor quiera que sea: para unos era no utilizar sulfatos, para otros es no emplear determinadas levaduras exógenas… Eso puede generar una cierta confusión al consumidor, ya que el concepto de natural puede ser utilizado para dar a entender que dicho vino es más sostenible o más saludable, cuando en realidad no tiene por qué serlo. De hecho, desde el Ministerio ya se ha indicado que, en los vinos, no se debería utilizar el concepto natural. Esto coincide además con un momento en el que desde Europa se están haciendo esfuerzos para combatir el greenwashing.
–¿Qué mensaje le gustaría transmitir al consumidor español?
–Que el vino está hecho para ser disfrutado, y que el mensaje no es tan complicado: no hace falta entender de vinos ni estar al tanto de las tendencias, sino simplemente encontrar el que a uno le encaje y el momento adecuado para tomarlo, siempre con moderación.
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