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El vino gallego hecho con una uva única en el mundo que sobrevive a un sabotaje sin precedentes
Semanas después del ataque, los responsables de Viña Moraima celebran la inclusión de la variedad Ratiño en la Denominación de Origen Rías Baixas
Se dice que tras la tempestad siempre llega la calma, pero en muchas ocasiones es difícil ver el sol entre los nubarrones. Ahora, parece que en Viña Moraima, una bodega gallega que ha conocido la tragedia, comienzan a ver la luz. Y es que esta cooperativa situada en el municipio pontevedrés de Barro sufrió a principios de agosto un sabotaje brutal: unos desconocidos entraron de noche en la finca y talaron 940 cepas de su parcela principal.
Tal y como informaron diversos medios, los responsables de Viña Moraima, que trabajan las variedades Albariño y Caíño, se mostraron devastados, sobre todo porque no podían responsabilizar de la pérdida (valorada en más de 100.000 euros) al clima ni a una plaga, sino a la maldad de unos individuos que habían decidido empuñar cizallas y motosierras eléctricas contra sus cepas. Según Vinetur, el ataque podría ser el resultado de una venganza contra la cooperativa.
Apoyo a la cooperativa
En redes sociales, algunos usuarios mostraron su consternación y su apoyo a la cooperativa, mientras que otros se mostraron más escépticos. "Hasta las viñas estorban, cuánta maldad hay en esta vida", decía una internauta en Facebook. "Eso es de gente cobarde. Esa no es forma de proceder, esa es gente mala y cobarde", coincidía otra.
"Pues eso nunca pasa porque sí. Práctica habitual de pequeñas bodegas para comprar uva: dar un precio y después pagar lo que les dé la gana. No sé si esta lo hace, pero a todo al que le cortan cepas en la comarca no es aleatorio, tiene una causa...", deslizaba una tercera.
Buenas noticias para Viña Moraima
A pesar de la desgracia, en esta cooperativa de Barros no se ha dejado de trabajar con ilusión. Y, semanas después del ataque, Viña Moraima ha logrado lo que el Diario de Pontevedra ha descrito como “una meta que marca un hito para la viticultura gallega y para la cooperativa”: ha logrado que la variedad de uva blanca Ratiño, autóctona y única en el mundo, se incorpore a la Denominación de Origen Rías Baixas, a la que pertenece.
Esta variedad olvidada y rescatada gracias a la labor de los investigadores y de las bodegas produce “un vino blanco límpido y brillante, con notas complejas y una mineralidad destacada”. Por su parte, Moraima aclara en su web que no existen viñedos como tal, sino que cepas esporádicas, centenarias y prefiloxéricas, de las que algunos propietarios vinculan su plantación con la construcción de las viviendas contiguas allá por el siglo XVII.
Mausiño, un vino muy especial
Esta noticia puede ser un espaldarazo para la cooperativa, que ve en Mausiño (el vino que han elaborado con Ratiño) un motivo de alegría y de orgullo. La entidad ha trabajado en el proyecto durante casi 10 años: en 2016 presentaron una pequeña producción experimental, de apenas 500 litros, para poner en valor el potencial enológico y de futuro de esta variedad autóctona. En este sentido, la enóloga de Viña Moraima aseguró que esta recuperación tenía "un componente etnográfico y también un valor sentimental muy relevante”.
“Queremos que cada una de estas botellas refleje nuestro sentir por nuestra tierra; que traslade la quien nos bebe lo afortunados que nos sentimos por todo lo que nos dieron nuestros antepasados y nuestra intención de trasladarlo a los que nos sucedan”, proclaman en su página web.
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