El pollo a l’ast o asado es un plato clásico y versátil que se disfruta en muchos hogares cada fin de semana. Su aroma indistinguible y su apariencia dorada pueden hacer que se le haga la boca agua a cualquiera, pero ¿cómo distinguir un bueno de uno grasiento y regular?
En las ciudades hay gran cantidad de asaderos y se venden muchos pollos asados. Para elegir bien y sin riesgo a equivocarse hay que tener en cuenta cuatro grandes aspectos fundamentales.
El aroma
Por un lado, el olor. Si de camino a una pollería ya huele muchísimo a pollo asado no significa que sea de buena calidad. Lo que desprende tantos aromas fuertes es la grasa, no la carne del pollo.
La segunda particularidad también va de temas grasientos. Y es que, según algunos expertos, muchos locales usan grasa de cerdo para amplificar la sensación de melosidad. En realidad, lo ideal es que el pollo se dore en su propio jugo y no con el de otro animal.
La cocción
Otro detalle a tener muy en cuenta es la cocción. El pollo tiene que quedar caramelizado de forma homogénea. Si tiene la piel quemada es que se ha dorado con prisas y no se ha caramelizado correctamente.
Por otro lado, hay que saber mirar más allá del pollo que elegimos. Hay que aprender a mirar a las llamas, pues no es lo mismo que el pollo se ase al fuego del carbón que con gas. La clave es que lo sea al carbón.
El color de la carne
Otro detalle a tener en cuenta es el color de la carne. Cuando cortes el pollo, observa el color de la carne. Debe ser uniformemente blanco y jugoso, sin signos de rosado o rojizo en la carne. Si encuentras áreas rosadas o sangrientas, eso indica que el pollo no se ha cocido completamente y puede representar un riesgo para la salud.
Finalmente, existe otro truco para distinguir un buen pollo asado de una grasiento y regular: la prueba del pincho. Simplemente hay que tomar un pincho limpio e insertarlo en la parte más gruesa del muslo de pollo y retirarlo rápidamente.
La prueba del pincho
Si el líquido que sale es claro y sin grumos, el pollo está perfectamente cocido. Si el líquido es turbio o grasoso, es una señal de que el pollo está demasiado grasiento y no se ha cocido adecuadamente.
Distinguir un buen pollo asado de uno grasiento y regular no tiene por qué ser un misterio. Con estos consejos y el truco de experto de la prueba del pincho, podrás evaluar la calidad de un pollo asado en un instante. Recuerda, la próxima vez que estés frente a un pollo asado tentador, confía en tus sentidos y no te conformes con nada menos que lo mejor.