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El sector del vino alza la voz con Vitævino y carga contra quienes demonizan el producto: “Es salud”
La industria vitivinícola pretende estimular el consumo moderado y defender la "cultura" de este "alimento" integrado en la "dieta mediterránea"
El sector del vino se siente amenazado, desorientado. El mundo que conocían los productores tradicionales se está transformando: la preocupación por la salud sube, los patrones de consumo cambian, las cosechas empeoran y ya son unas cuentas las bodegas prestigiosas que se han lanzado a producir variedades sin alcohol. Por eso, varias entidades con la Federación Española del Vino (FEV) a la cabeza han lanzado este lunes Vitæevino, una campaña común a nivel europeo que supone una llamada de socorro y pretende ser a la vez un golpe en la mesa.
Entre otras cosas, la iniciativa, que se ha presentado en el Congreso de los Diputados, pretende recoger firmas en toda Europa para “defender” la cultura del vino, “la convivencia y el disfrute compartido”. De esta forma, el sector busca “potenciar el consumo moderado y responsable”, en un contexto delicado en el que algunos críticos han pasado a “demonizar” el producto.
El vino como riqueza
Con mayor o menor ímpetu, los diferentes ponentes han reivindicado la importancia del vino en la sociedad, desde su papel como fuente de inspiración “para Goya o Velázquez” a su contribución al Estado en el plano económico.
Por ejemplo, Milagros Marcos, diputada y portavoz de la Comisión Mixta para la Unión Europea, ha recordado que el vino supone casi el 2% del PIB de España, y lo ha descrito como un recurso que “no es deslocalizable” (“no se pueden llevar las viñas a la Castellana”, ha bromeado). Bajo su punto de vista, el vino tiene un valor social incalculable, ya que es un factor de “lucha contra la despoblación”.
Un alimento de la dieta mediterránea
Marcos ha declarado también que el vino es “un alimento más dentro de la dieta mediterránea, que nos permite ser el país con mayor esperanza de vida del mundo”, por lo que, a su juicio, no deben alentarse las críticas relacionadas con los problemas de salud que puede provocar su consumo excesivo. Igor Fonseca, secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA Rioja), ha ido más allá y ha declarado que “el vino es salud”.
Antes de que Fonseca tomase la palabra, Concepción Andreu, senadora por La Rioja y enóloga, ha señalado una de las contradicciones que vive el sector: “Nunca ha habido tanto interés por visitar bodegas”, pero, a la vez, “está descendiendo el consumo del vino”. Así, ha llamado a distinguir entre dos tipos de alcohol: “No hemos sabido diferenciar entre los destilados y los fermentados”, ha afirmado.
Hoy presentamos en el Congreso con orgullo Vitaevino, una iniciativa en la que el sector vitivinícola europeo se ha unido para defender la cultura del vino, la convivencia y el disfrute compartido. Más en:https://t.co/dn6zQir4kd pic.twitter.com/O24bM0VOfo
— FEV (@FEV_Vino) September 30, 2024
Estimular el consumo moderado
Por ello, si bien Andreu ha admitido que el consumo en exceso sí puede ser perjudicial, ha insistido en que el consumo moderado no está relacionado con la aparición de enfermedades. En este sentido, ha criticado las actitudes “radicales” de algunos “técnicos sanitarios” para las que todo es “blanco o negro”: “Claro que hay adicciones, pero claro que hay disfrute”, ha subrayado la senadora.
“El vino se disfruta mejor con equilibrio y como parte de un estilo de vida saludable”, ha insistido Joaquín Vizcaíno, responsable del sector vitivinícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Qué dicen los datos
Lo cierto es que una investigación reciente realizada en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y publicada en la revista Addictive Behaviors demostró que no hay pruebas de que el consumo de alcohol en pequeñas cantidades reduzca la mortalidad. Los investigadores recordaron que los mensajes que señalan que beber alcohol de forma moderada puede ser bueno para la salud son "erróneos" en lo que a salud pública se refiere.
Así, los resultados señalan que, en comparación con los bebedores ocasionales infrecuentes (es decir, las personas que consumen alcohol una vez al mes o menos), los bebedores de bajas cantidades de alcohol (hasta 20 g/día, equivalente a 2 cervezas o 2 copas de vino, por ejemplo) no tienen, en absulto, un menor riesgo de fallecer (por todas las causas).
Precio del vino
A preguntas de este medio, David Palacios, presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), ha señalado que la restauración (donde la subida de precios de los últimos dos años ha impactado en el bolsillo de los consumidores) es un canal importante para el sector, si bien los restaurantes tienen que tratar el vino como un "producto único".
"Todos tenemos que ganar dinero”, ha expresado, si bien ha llamado a hacerlo de forma honesta para que los consumidores "disfruten" de la cultura del vino.
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