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La racanería de Glovo para compensar un error: 4 euros de descuento en un pedido de 40 euros

La atención al cliente de la aplicación dejó esperando a la clienta, a la que enviaron una burger incompleta, tras pedir hablar con un superior que nunca le llamó

Ana Siles

Una repartidora de Glovo / GLOVO

Basta con pronunciar Glovo y las críticas salen a relucir. Multas por incumplir la ley rider, el mes de prueba gratis con trampa o las tasas de nocturnidad que cobra a los clientes y de la que solo ven unos céntimos sus trabajadores. Está claro que la compañía no es precisamente ejemplar para los usuarios. 

Pero la última de las polémicas generadas gira en torno a su racanería. La historia de Bea C. es probablemente una situación a la que tienen que hacer frente muchos usuarios cuando piden por Glovo. 

Un error en el pedido

Estás en casa, de noche y no te apetece preparar la cena. ¿Qué piensas? "Voy a pedir en Glovo". Esto fue lo que hizo Bea C. hace tan solo unos días. Y la experiencia no pudo ir peor

La app de Glovo / EP

Según cuenta a Consumidor Global, la afectada decidió probar las hamburguesas del restaurante barcelonés BYKYNY. La burger elegida fue la Mal pensada y mal acabó la experiencia… El establecimiento cometió un fallo: no poner la salsa trufada, que es un elemento diferencial en ese producto. Pero ese no fue el problema de Bea C. A fin de cuentas, un error lo tiene cualquiera. La tomadura de pelo llegó con la compañía

Glovo y su racanería

Cuando Bea C. recibió la comida se percató de que faltaba la salsa. Contactó con Glovo para reclamarla y este le dio dos opciones: devolverle 1,50 euros en crédito para la app o 4 euros en la cuenta bancaria de la afectada. 

La clienta escogió la segunda opción pero no se conformó. "Hago que me llame un agente y le digo que en qué se basan para devolverme cuatro euros de un pedido que vale casi 40 euros", explica a este medio. 

Hamburguesa con patatas fritas, una de las comidas que más engordan / FREEPIK

"Los cuatro euros como norma"

La justificación que ofrece Glovo a Bea C. es que esos cuatro euros es lo que el sistema estipula que cuesta la salsa. "¡Mentira! Siempre que hay algo que Glovo o el restaurante hace mal, te devuelven los cuatro euros como norma", detalla la afectada. 

Así que decidió pedir a la aplicación un desglose del coste de todos los ingredientes y esta no lo tenía. Llegados a este punto, "le traslado [al agente] que no quiero la hamburguesa", confiesa la clienta. "He pedido una cosa y me han traído otra", subraya. 

Una atención deficiente

Al no ponerse de acuerdo con el agente de Glovo, Bea C. solicita hablar con un superior. Ahí comienza la segunda odisea. ¿Por qué? Porque la plataforma le asegura a la afectada que la van a llamar y esa llamada nunca se produce

Alejandro Sanchis, abogado y socio de AMG Legal, explica a este medio que Glovo no tiene potestad para cambiar la petición inicial. Es decir, "si yo pido una hamburguesa, no sirve que Glovo traiga una gorra que ha costado lo mismo", añade el jurista. 

Reclamación doble

Glovo reembolsó cuatro euros a Bea C. Pero, claro, sobre un pedido de 40 euros es una cantidad insignificante. "Como no te puedo dar la salsa, te doy el dinero… aunque en un principio no puede hacerlo", explica el experto en referencia a la actitud de la compañía.

Un repartidor de la empresa de 'delivery' Glovo / UNSPLASH

"En este caso, hay una responsabilidad solidaria de ambas partes. Debe haber más protección al consumidor. La usuaria podría reclamarlo tanto a Glovo como al restaurante", concluye. 

El silencio como respuesta

Consumidor Global se ha puesto en contacto con Glovo para esclarecer lo ocurrido. La compañía, de momento, da la callada por respuesta. Lo lógico o lo que uno espera cuando pide comida a domicilio es que la plataforma resuelva el error de forma práctica. Sin tener que perder el tiempo escribiendo por un chat o discutiendo con un agente. 

Lo más razonable hubiese sido que Glovo enviará la salsa de forma gratuita a Bea C. y le pidiera disculpas por las molestias causadas. Los cuatro euros de nada le sirvieron a Bea C., que pagó por una hamburguesa que no recibió y Glovo se lo compensó con una cantidad irrisoria.