Premian a El Pozo, "una de las empresas que más sufrimiento genera a millones de animales"

Millones de consumidores descubrieron la otra cara de El Pozo a través de las imágenes captadas por Jordi Évole e Igualdad Animal en una granja de Cefusa (filial de la empresa murciana) en Castilléjar. Unas imágenes extremadamente duras que fueron emitidas en el programa de Salvados titulado Stranger Pigs.

Ahora, seis años después de ver a los cerdos de la granja de El Pozo con hernias inmensas y deformaciones, abandonados muertos y escenas de canibalismo, la empresa cárnica propiedad del Grupo Fuertes ha recibido un premio en un certamen que bien podría llamarse Stranger Awards.

Premio a El Pozo

El director de Operaciones de El Pozo Alimentación, Juan Pedro Florido, ha consolidado su posición como el mejor analista del mercado porcino español en los premios Pronosporc. 

Así es, Mercolleida, el mercado de referencia internacional del sector porcino, ha galardonado a Florido, una de las personas "más representativas e influyentes en la industria y ganadería porcina europea por su experiencia y conocimiento del mercado de cerdo de capa blanca".

Explotadores de animales

“El premio al mejor analista del mercado porcino creemos que debería cambiar de nombre y pasar a llamarse premio a uno de los mayores explotadores de animales de España”, opina el cofundador de la Fundación Igualdad Animal, Javier Moreno, en declaraciones a Consumidor Global.

En cualquier caso, “estaría mejor que se dieran premios a las granjas que eliminen de una vez por todas las jaulas para las cerdas recién paridas. O a las que encuentren sin cerdos moribundos en una inspección sin previo aviso”, sugiere la directiva del Observatorio de Bienestar Animal, Míriam Martínez. 

“Una de las empresas que más sufrimiento genera”

“El Pozo es una de las empresas que más sufrimiento genera a millones de animales cada año”, recuerda el cofundador de la organización internacional que lleva más de 15 años sacando a la luz la realidad de las granjas porcinas de España, donde mantener a las madres cerdas en jaulas en las que no pueden moverse, encerrar a los animales hacinados de por vida o cortarles los dientes y el rabo sin anestesia son “prácticas estándar”.

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“Ser una pieza clave de un sistema que causa tanto sufrimiento a los animales y que busca formas de obtener el máximo beneficio económico a costa de convertir sus vidas en un auténtico infierno no debería merecer ningún reconocimiento social, aunque no sorprende que la industria cárnica premie a quienes defienden sus intereses”, sentencia Moreno.