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El enorme peligro que esconden los platos preparados que te ahorran tiempo: una bomba de sal
Un estudio refleja que apostar por ingredientes más naturales mejoraría la calidad de estas comidas y las abarataría
Los platos precocinados, cada vez más presentes en los supermercados (desde arroz a tortillas de patatas, pasando por ensaladillas o lasañas), permiten ahorrar tiempo a las personas que los consumen. Vienen listos para calentar, lo que permite disfrutar de una comida en cuestión de uno o dos minutos. No obstante, suelen contener tres veces más sal de la recomendada por las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así lo refleja un nuevo estudio realizado por Systemiq, una empresa de cambio de sistemas que ha sido apoyado por la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU). La investigación también refleja que los platos precocinados tienen el doble de carne roja que la media consumida a nivel europeo, y 4 veces más carne roja que la recomendada por la "dieta planetaria " elaborada por científicos y nutricionistas de EAT-Lancet.
Comidas más nutritivas y asequibles
Este estudio, que también ha sido apoyado por organizaciones sanitarias y ecologistas europeas, muestra que mejorar este tipo de comidas y apostar por ingredientes más naturales reduciría los costes de los platos, lo que permitiría a supermercados y restaurantes ofrecer opciones más nutritivas a precios asequibles.
Así, el documento incluye una serie de recomendaciones para los grandes supermercados, empresas de catering y cadenas de restaurantes. De adoptarse estas pautas, la Unión Europea podría reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en unos 48 millones de toneladas anuales, “lo que retiraría de la circulación hasta 38 millones de coches nuevos al ajustar los platos precocinados a las normas sanitarias y de sostenibilidad establecidas”, explica CECU.
Una tendencia al alza
En la actualidad, los platos preparados constituyen una sexta parte (17%) de la ingesta calórica total de la UE. En los últimos 15 años, el consumo de este tipo de alimentos en países como Italia, Alemania y España ha subido de forma muy notable.
De media, cada español consume 16,5 kilos de platos preparados al año. Las empresas que fabrican platos preparados vendieron el año pasado 742.377 toneladas, un 2,9% más que en 2022, una categoría que incluye pizzas refrigeradas, churros congelados o elaboraciones con base de patata o de pescado.
Un millón de muertes por mala alimentación
Estos datos se sitúan en un contexto preocupante: alrededor de un millón de muertes al año en la UE se atribuyen a dietas poco saludables, puesto que la ciudadanía europea consume en exceso sal, azúcar, grasas, proteínas animales (sobre todo carne de vacuno, cerdo, huevos, productos lácteos y aves de corral) y calorías.
Por su parte, CECU sostiene que “las opciones más sanas y sostenibles no tienen por qué ser tan caras, sino todo lo contrario. Este oportuno hallazgo muestra una solución beneficiosa para todos, en la que podemos mejorar la salud de las personas y del planeta a precios asequibles. Esto cobra relevancia conforme Europa atraviesa una crisis del coste de la vida”.
Aumento de las alergias
Además, los estudios sugieren que el aumento del consumo de platos precocinados y elaborados dispara la detección de intolerancias alimentarias a los aditivos. Se estima que el 18% de todas las alergias a alimentos están provocadas por estas sustancias, presentes en más de dos terceras partes de los productos que se consumen a diario.
Mientras, los supermercados suben su apuesta por el formato. Por ejemplo, Mercadona implementó mayo de 2022, en más de 800 establecimientos, el libre servicio en su nueva sección Listo para Comer, donde el consumidor puede optar por más de 35 platos con atención personalizada a un precio que oscila entre 2,25 y 4,60 euros.
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