Las intoxicaciones alimentarias en verano son problemáticas, y en temporada estival hay que mostrarse especialmente precavido. Esto se debe a que las altas temperaturas favorecen que los alimentos se estropeen antes, lo que, a su vez, facilita la proliferación de bacterias que causan enfermedades. Además, en verano los consumidores tienden a comer más alimentos crudos y también fuera de casa, como en pícnics, barbacoas, restaurantes y puestos de comida callejera.
Estos alimentos no siempre se manipulan o almacenan adecuadamente, lo que aumenta el riesgo de contaminación.
Infecciones graves
Algunas bacterias que causan intoxicaciones alimentarias, como la Salmonela y la Listeria, pueden causar infecciones graves.
Además, la diarrea y los vómitos, síntomas comunes de las intoxicaciones alimentarias, pueden provocar una deshidratación grave, especialmente en niños pequeños, ancianos y personas con enfermedades crónicas. A su vez, la deshidratación puede causar mareos, aturdimiento, fatiga, confusión e incluso shock.
A qué alimentos deberías prestar más atención en verano
EntreNosotros, el magazine online de Consum, recuerda que los alimentos que más conviene vigilar son los elaborados con huevo crudo, como la mayonesa, las salsas y las cremas. “Si las compramos hechas, debemos consumirlas en poco tiempo. Si son caseras, es preferible desechar las sobras”, explican.
En cuanto a las ensaladas con verduras crudas y otros ingredientes como pasta, queso y embutidos; lo primero es lavar bien las verduras y otros alimentos que se vayan a comer crudos. Tras esto, deben prepararse en el momento de consumirse. Por otra parte, el consumidor debe asegurarse de que algunos pescados crudos o poco cocinados, como el boquerón en vinagre, hayan sido congelados varios días antes de su preparación para evitar el anisakis.
Recomendaciones de la Aesan
Por su parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recuerda que no se debe consumir leche cruda sin tratamiento térmico previo.
Estas son otras de sus recomendaciones:
- Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados. Un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con los alimentos crudos o con objetos que anteriormente hayan contactado con un alimento crudo (cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc.). El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación, por lo que es preferible usar papel de cocina.
- Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
- Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía, ya que estos pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria.
- Utilizar exclusivamente agua potable. El agua potable no es sólo imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Las aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población son potables. No se debe beber ni usar agua procedente de pozos que no esté potabilizada.