La Huerta de Hualdo, otra forma de comer (y de vivir)

Existe otra forma de comer. Y de vivir. Alejada de las grandes cadenas de distribución y del consumo impulsivo. Más reposada. Comprando lo necesario para alimentarse. Sin gastar en caprichos poco saludables. Cocinando a fuego lento, en vez de engullir productos procesados. Comiendo alimentos. Sin conservantes ni colorantes, alimentos. De la tierra. Naturales. Y que te los traigan del campo toledano a la mesa de tu casa. 

Así es La Huerta de Hualdo, una explotación agroalimentaria situada en la vega del río Tajo, en la provincia de Toledo, donde crecen los árboles frutales y se cultiva la huerta. En la Finca Hualdo se elaboran algunos de los mejores quesos y aceites de oliva de España, mientras que las frutas y verduras se cortan por la mañana en la huerta y se envían a domicilio, la misma tarde, a todos los puntos de España. Así de fácil.

La Huerta de Hualdo

El proyecto nace en 2019, cuando empiezan a plantarse frutales y una colección de hortalizas con la intención de “redescubrir algunos de los mejores productos de nuestra tradición agrícola: melocotones, albaricoques, higos, ciruelos, así como tomates, espárragos, melones y sandías, entre otras muchas frutas y verduras que desde hace más de cien años se han cultivado en las proximidades del río Tajo”, expone Sergio Barrios, responsable técnico de la Huerta de Hualdo, en declaraciones a Consumidor Global.

Todo ello, con un manejo del suelo regido por el concepto de la agricultura regenerativa y ecológica, un sistema circular donde nada se pierde, todo se transforma.

Una agricultura más que ecológica

Sin labrar el suelo, dejando una cubierta de hierbas permanente, “cuando alcanza un porte adecuado se mete el ganado en las parcelas, y los propios animales controlan la mala hierba. Así se consigue un aporte extra de materia orgánica de las propias ovejas cuando defecan. Eso nos diferencia del resto de proyectos meramente de agricultura ecológica e implica lo que denominamos el modelo 360 grados”, prosigue Barrios.

Y es que en Finca Hualdo se aprovecha todo. Con la luz solar de las centrales fotovoltaicas se traslada el agua del río a las parcelas. El aprovechamiento del estiércol de las ovejas. “Y también vamos a aprovechar el resto del estiércol con el resto de la almazara, el alperujo, que es la masa que resulta de la molienda, y compostarlo junto para, posteriormente, abonar la tierra”, adelanta el agricultor. 

Una calidad y frescura incomparables

Gracias a esta forma de mimar la tierra y los alimentos, y a la rica historia hortofrutícola de este enclave privilegiado a la orilla del Tajo, la calidad de las frutas y verduras ecológicas de La Huerta de Hualdo es “incomparable”, asegura Barrios.

Tener esta amplia variedad de productos frescos, ecológicos y certificados en la mesa de casa, el mismo día que se cortan, “marca la diferencia”.

Del huerto a la mesa

Los agricultores de La Finca de Hualdo recogen el producto a primera hora de la mañana y la furgoneta sale a hacer el reparto a mediodía.

“Cada día entregamos nuestros productos a domicilio a clientes de toda España. Recién cortados, libres de residuos y directamente de la planta”, presume Barrios. Del huerto a la mesa, vaya.

Los productos estrella

Desde variedades autóctonas bien instauradas, como el melocotón, hasta variedades tradicionales que han caído en desuso, como el melón mochuelo, que se plantaba en la zona hace 40 años y era muy apreciada, aunque no tan productiva como la variedad piel de sapo. 

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La oferta de La Huerta de Hualdo es amplia, pero el melocotón y el tomate cherry de pera, que es muy elogiado por sus características organolépticas, “son los productos estrella”, destaca Barrios. “Ah, y tanto los espárragos verdes como nuestro tomate moruno, que es un tomate rosa sabrosísimo de cerca de un kilo, también triunfan”.

Precios y cestas

La cesta de cinco kilos de frutas y verduras de temporada de La Huerta de Hualdo lleva casi de todo y cuesta 35 euros (gastos de envío incluídos). Si un cliente no suele comer melocotones y prefiere más tomates, se puede contactar con la finca y ellos adaptan la cesta al gusto del consumidor.

“No tenemos un perfil de cliente tipo. La gente, ya sean particulares o empresas, descubren el concepto del proyecto y se interesan. Luego prueban el producto y el 90% repiten. Se suscriben y cada 15 días o una vez al mes tienen su pedido en casa”, sentencia Barrios.