Aguacate, semillas de chía, bayas, baobab noni, hongo reishi o té matcha. Los conocidos superalimentos han inundado en los últimos años el concepto de dieta sana, gracias en parte a grandes estrategias de marketing que llegan incluso a hacer pensar que tomar estos productos puede compensar los malos hábitos alimenticios.
El término superalimento se utiliza para describir alimentos que se consideran especialmente ricos en nutrientes y beneficiosos para la salud. Suelen contener una alta concentración de vitaminas, minerales, antioxidantes u otros compuestos. Pero, ¿qué tan realistas son estos reclamos? ¿Existen de verdad o solo responden a una estrategia marketing que busca vender?
¿Qué es un superalimento?
“Es importante no dejarse llevar por modas o tendencias, la popularidad de un superalimento en particular puede ser impulsada por modas en lugar de evidencia científica sólida”, explica a Consumidor Global Carmen González Resines, dietista nutricionista clínica de los Centros Médicos Quirónsalud Tres Cantos y Quirónsalud Valdebebas.
Tal y como sostiene González Resines, el término superalimento “no está regulado por ninguna autoridad oficial y puede ser utilizado de manera bastante amplia y subjetiva”. No obstante, la experta sí que destaca la existencia de evidencia científica acerca de los beneficios que proporcionan los compuestos de algunos de estos alimentos
¿Son realmente beneficiosos?
“Los antioxidantes que se encuentran en las bayas o frutos rojos, los polifenoles y las antocianinas se han relacionado con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, la mejora de la función cognitiva y la protección contra el envejecimiento celular”, explica la nutricionista. No obstante, González Resines insiste en que “no hay evidencia científica general para todos los superalimentos, pero sí para los compuestos de muchos de estos productos”.
En caso de tener dudas acerca de estos productos, la especialista aconseja siempre informarse de a través de fuentes fiables de información científica como instituciones académicas, organizaciones de salud gubernamentales y sitios web de salud de renombre con publicaciones elaboradas por profesionales de salud cualificados.
¿A qué se debe su éxito?
Uno de los problemas que hay en torno a los superalimentos es la forma que tienen de llegar a la ciudadanía en forma de modas y tendencias. La nutricionista González Resines advierte que “no se debe asumir que un alimento es beneficioso solo porque está de moda o porque ha recibido mucha atención en los medios de comunicación”.
En opinión de la experta, el éxito de los superalimentos en la sociedad actual se debe a su atractivo por ser “la novedad y por ser exóticos”, ya que hasta hace poco tiempo no se incluían en la tradicional dieta mediterránea española. “Son productos que el consumidor no conoce y la prensa los vende de una forma atractiva que le hace pensar que conseguirá beneficios para su salud de una forma rápida y fácil”, sostiene.
Beneficios que ya se encuentran en los alimentos de la dieta mediterránea
Si bien algunos de los compuestos de los llamados superalimentos resultan beneficiosos para la salud, estos mismos beneficios se pueden encontrar en alimentos más accesibles y económicos. “Los superalimentos no son únicamente productos exóticos, también se consideran superalimentos a muchos de los que componen la dieta mediterránea”.
Algunos ejemplos son los frutos secos como las nueces y las almendras, los pescados grasos como el salmón y el atún, el aguacate o el aceite de oliva virgen. También las legumbres, hortalizas, frutos rojos o frutas tropicales como la piña o el mango.
Lo más importante: una dieta variada y equilibrada
Lo más importante, recalca Carmen González, es centrarse en conseguir tener una dieta adecuada en lugar de depender únicamente de unos pocos alimentos específicos. “Los superalimentos pueden desempeñar un papel importante en una dieta saludable cuando se consumen como parte de una alimentación variada y equilibrada”, detalla.
Por tanto, la recomendación de la experta es seguir una dieta en la que se incluyan todos los grupos de alimentos con abundancia en frutas y verduras, legumbres, granos enteros, fuentes de proteínas y grasas saludables de origen vegetal. Sobre la inclusión de los llamados superalimentos en una dieta, González anima a los que estén interesados a “conocer nuevos productos y beneficiarse de sus propiedades, pero siempre y cuando cuiden la base de su alimentación y estos alimentos sean uno más en la lista de los productos saludables y nutritivos que se consumen”, concluye.