Conforme los días son más calurosos, las miradas se desvían de las pantallas para observar por la ventana. La mente divaga e imagina escenarios nuevos para disfrutar de las vacaciones que llegarán más pronto que tarde, pero también vuelve la nostalgia a los lugares que pertenecen al verano. El chiringuito y las playas tienen un maridaje sempiterno; cada uno tiene su favorito para apoyar el brazo en la barra con el bañador aún puesto, pero hoy hablo de Carita Morena, el local que deleita con los pies en la arena.
Junio empieza a gatear, sin embargo, el ambiente hace creer que estamos en el apogeo de la época estival. Al llegar cruzo una pasarela de tablas de madera con mis chanclas, pero al llegar a Carita Morena –local que pertenece al grupo Lancaster–, me tengo que descalzar para alcanzar la mesa de fuera, sumergida entre la arena. En España, el concepto del chiringuito ha dado paso al de Beach Club, sitios de lujo, con vistas espectaculares y con propuestas gastronómicas que los convierten en lugares de peregrinación. Sin embargo, Carita Morena es un chiringuito como los de toda la vida, donde te puedes sentar con la toalla debajo para no mojar la silla.
Una propuesta gastronómica variada
“¡Hola! Mi nombre es Lucía. ¿Qué queréis tomar?”, me atiende con rapidez una camarera. Pido una cerveza mientras mi pareja se decanta por una copa de vino blanco. Le doy el primer sorbo y observo el mar a pocos metros del chiringuito. Bajo la mirada para enfocarme en la carta llena de variedades, desde “picoteo al sol del Mediterráneo”, a los “platos más refrescantes”, pasando por los platos “de costa…”.
Me resulta curioso ver combinadas las gastronomías de varios países. En el menú se entremezclan los chipirones con poke hawaianos, gyozas y nachos mexicanos. La camarera nos recomienda estos últimos, que suelen triunfar entre los clientes por un precio de 10,80 euros. Además, este verano Carita Morena incorpora una novedad: la coca de queso fundido, rúcula, tomate cherry y jamón ibérico (14,90 euros). Pido ambas opciones, las cuales son bastante generosas.
Los platos de Carita Morena
“Carita Morena dispone de una espectacular terraza en primera línea del mar donde poder disfrutar de una atmósfera relajada, combinada con una oferta gastronómica excepcional donde los sabores del mar se combinan con la excelencia de los productos de proximidad”, exponen desde el grupo Lancaster sobre este chiringuito abierto hace ya 14 veranos. Entre los productos de proximidad destacan las coquinas de la costa del Garraf o sus sardinas de costa y sal de escamas.
Estos platos se complementan con opciones más refrescantes como la ensalada Thai de pollo con cacahuetes o el ceviche de pescado. La carta sigue con especialidades de la casa como el tataki de atún con verduras salteadas, shiitake y salsa teriyaki y la hamburguesa de Black Angus en pan de brioche con cebolla confitada y su salsa secreta. Su carta también dispone de un rincón Tex-Mex con sus famosos nachos con queso fundido, pico de gallo, jalapeños y guacamole casero y la fajita de pollo ecológico.
Los precios
Carita Morena ofrece así una experiencia culinaria mediterránea fresca y divertida, con una carta que incluye desde platos tradicionales hasta opciones más innovadoras. Los precios de su menú son bastante razonables, oscilando entre 10 y 30 euros, lo que permite a los comensales disfrutar de una variedad de sabores sin preocuparse demasiado por el presupuesto.
Además de la comida, el chiringuito ofrece una amplia selección de bebidas, incluyendo zumos naturales, combinados y cócteles clásicos como mojitos y sangría, que complementan perfectamente la experiencia gastronómica. Lo cierto es que, con su ubicación privilegiada en la playa y su servicio, no es de extrañar que Carita Morena se haya convertido en uno de los chiringuitos de referencia en Castelldefels.