Las fiestas navideñas son sinónimo de momentos especiales con nuestros seres queridos y, por supuesto, de reuniones frente a la mesa y hacer deliciosas comidas y cenas. Sin embargo, después de un día de excesos como el de la cena de Nochebuena o la comida de Navidad, muchas personas sienten la necesidad de desintoxicar su cuerpo.
Según la nutricionista Paula Valiente, es importante evitar el estrés relacionado con la alimentación que llevas a cabo estos días y reflexionar antes de comer nuevamente tras estos encuentros gastronómicos con los seres queridos, a fin de evaluar si realmente tenemos hambre.
La clave de una Navidad saludable
Durante estas fechas, nuestra principal preocupación en términos de alimentación debería ser disfrutar sin sentir remordimientos. Rodeados de comida en abundancia y saturados por mitos nutricionales, es fácil caer en el peligroso ciclo de excesos seguidos por restricciones extremas. Sin embargo, esta dinámica puede perjudicar tanto nuestra salud física como emocional.
El estrés relacionado con la alimentación, conocido como burnout nutricional, afecta a más personas de las que pensamos. Según un informe de HelloFresh, el 56% de los encuestados admite sentirse agotado por intentar mantener una dieta saludable en Navidad. Paula Valiente describe este fenómeno como "la sensación de agotamiento mental provocada por la culpabilidad al comer ciertos alimentos o no seguir un plan de alimentación estricto".
Cómo manejar los excesos navideños sin culpa
Si temes formar parte de las estadísticas que indican un aumento de peso navideño de entre 2 y 4 kilos, pero quieres disfrutar sin perder el sentido común, sigue estos tres consejos clave de Paula Valiente:
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Evita los extremos. Ningún alimento es inherentemente "malo". Lo importante es mantener hábitos equilibrados y no sentir culpa por disfrutar de una comida especial, máxime cuando este tipo de comilonas son muy puntuales al año.
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Reflexiona antes de comer. Si tras una comida copiosa no tienes hambre para cenar o desayunar, opta por alternativas ligeras como un consomé o un yogur. Si tienes apetito, elige una cena equilibrada que forme parte de tu alimentación habitual, pero tenga menor aporte calórico.
El truco para desintoxicar tu cuerpo: cena ligera y temprana
Cenar poco y temprano puede aportar múltiples beneficios a nivel metabólico. Según estudios nutricionales, evitar cenas pesadas después de las 7 de la tarde protege la salud metabólica y cardíaca. Concentrar el mayor consumo calórico en las comidas del mediodía, cuando el cuerpo está más activo, ayuda a sincronizar el reloj biológico, mejora la eficiencia metabólica y reduce el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.
Además, cenar ligero y temprano favorece un sueño reparador, lo que evita caer en un ciclo de malestar donde la alimentación emocional toma el control. Nuestro consejo es tomar un consomé sobre las 19 -20 horas de la tarde y después paralizar la ingesta.
El desayuno como aliado para la recuperación
El desayuno es una de las comidas más importantes del día, especialmente tras un período prolongado de ayuno nocturno que te recomendamos practicar en el caso de haber comido mucho y no sentirte bien para ingerir una cena corriente al uso. A veces el abuso de alimentos procesados y la mezcla hace nuestras digestiones se ralenticen y sea contraproducente seguir comiendo. Lo fundamental es dejar a nuestro estómago trabajar y realizar la digestión con calma, no comer sin ganas. Después puedes elegir alimentos que nos aporten energía y beneficios para el organismo a la par que nos desintoxican.
Un ejemplo ideal son los dátiles, un alimento rico en proteínas, azúcares naturales y potasio. Consumir dátiles en ayunas durante varios días puede ayudar a limpiar el estómago, eliminar parásitos y fortalecer el sistema inmunológico, llegando con menos hambre a la comida. Además, entre sus propiedades a largo plazo se incluyen la prevención de enfermedades como la diabetes, el cáncer y la pérdida de masa muscular.
Recomendaciones tras los excesos de Navidad
Recuperar el equilibrio después de las comidas festivas no tiene que ser un proceso estresante. Aplicando el sentido común y priorizando alimentos ligeros y nutritivos en las cenas y desayunos, podemos disfrutar de las fiestas sin comprometer nuestra salud ni caer en la culpa.
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Cena: Consomé, cremas de verduras o un yogur natural con frutos secos pueden ser opciones ideales después de una comida abundante. Acompañarlas con una infusión digestiva como el té de menta o jengibre potencia sus beneficios.
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Desayuno: Comienza el día con un plato balanceado que incluya frutas como plátanos o dátiles, una fuente de proteínas (huevos o yogur griego) y cereales integrales simples para una dosis de energía prolongada.
Desayuno desintoxicante: Dátiles rellenos de ricotta y pistachos
Un bocado dulce y cremoso, perfecto para sorprender. Esta receta combina el dulzor de los dátiles, la cremosidad de la ricotta y el toque crujiente de los pistachos. Puedes personalizarla con otros frutos secos como avellanas o nueces.
Ingredientes
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Dátiles (cantidad según preferencia)
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Queso ricotta
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Pistachos (o el fruto seco de tu elección)
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Ralladura de naranja o limón
Preparación
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Precalentar el horno: Calienta el horno a 180ºC. Forra una bandeja pequeña con papel vegetal.
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Preparar los dátiles: Haz un corte longitudinal en el centro de cada dátil y retira el hueso. Asegúrate de que queden unidos por un lado para facilitar el relleno.
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Hornear los dátiles: Coloca los dátiles sobre la bandeja forrada y hornéalos en la parte baja del horno durante 10-12 minutos. Busca una textura ligeramente crujiente en la base, evitando que se quemen.
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Añadir el toque cítrico: Retira los dátiles del horno y ralla inmediatamente la cáscara de naranja o limón sobre ellos, según tu preferencia.
Sopa depurativa de apio para tu cena más ligera
Ideal para cenas ligeras, esta sopa es nutritiva, sana y libre de grasas, perfecta para limpiar el organismo. Puedes consumirla 3-4 veces por semana y es ideal para cenarla después de los excesos de la cena y comida de Nochebuena y Navidad.
Los beneficios del apio para depurar de toxinas nuestro organismo son incontables. Un alimento poco calórico e hidratante, hecho a base de un 95% agua, ideal para reducir la retención de líquidos. Apenas 16 calorías por cada 100 g, extremadamente saciante, un caldo de este vegetal ayuda a controlar el hambre con apenas cantidad.
Ingredientes
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6 ramas de apio
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1 cebolla
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1 hoja de laurel
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1 litro de agua
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Pimienta y sal al gusto
Preparación
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Lava las ramas de apio y trocéalas en pedazos grandes para retirarlas fácilmente después. Pela y corta la cebolla.
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En una olla, hierve el litro de agua. Añade el apio, la cebolla y la hoja de laurel. Salpimienta al gusto.
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Cocina a fuego medio durante 45-60 minutos (o 20-25 minutos en olla exprés), dejando que las propiedades del apio se liberen en el caldo.
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Prueba la sopa, ajusta la sal y añade un toque extra de pimienta para intensificar el sabor.¡Disfruta de esta sopa ligera y dale un respiro a tu organismo mientras cuidas tu salud!