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Crisis de las empanadillas: las causas del desabastecimiento y las mejores alternativas del súper

Buitoni, gigante de la alimentación que pertenece a Nestlé, ha parado la producción de sus obleas porque hay desabastecimiento de harina

Juan Manuel Del Olmo

Una persona prepara unas empanadillas de forma casera / UNSPLASH

“El secreto está en la masa” es el archiconocido eslogan de Telepizza, pero el mismo lema podría servir de credo a infinidad de marcas, como a los fabricantes de empanadillas. Crujientes por fuera y blandas por dentro, perfectas para compartir, versátiles, económicas y sabrosas. Pero, en las últimas semanas, algo más difíciles de encontrar: Buitoni ha reconocido que ha dejado de producir sus clásicas obleas (es decir, las láminas delgadas que sirven para formarlas) porque no encuentra la harina adecuada.

De hecho, ante las preguntas de consumidores preocupados que no encontraban el producto en los lineales, Buitoni reconoció en X (antes Twitter) que había tenido que “suspender temporalmente la fabricación y venta de nuestras obleas durante tres meses y Minipizzas Buitoni durante un mes” a causa de “una falta de abastecimiento de harina que cumpla con nuestras especificaciones técnicas para garantizar las cualidades de nuestros productos”.

Por qué falta harina

Para algunos consumidores, esta ausencia es un pequeño drama, pero probablemente sería peor que Buitoni siguiera fabricando y comercializando sus obleas con una harina de peor calidad. De hecho, esto podría afectar a la elasticidad y la cohesión de la masa. Quizá Buitoni haya pensado que, para hacerlo mal, mejor no hacerlo. En cuanto a la carestía, según explican distintos medios que han recogido la opinión de expertos del sector, como El Comidista, los problemas de abastecimiento de harina podrían explicarse por la guerra de Ucrania.

Obleas de Buitoni / X (TWITTER)

Sea como fuere, el asunto ha generado multitud de chanzas en redes. “Las obleas de empanadillas son el nuevo papel higiénico”, opinaba un internauta en X. “Anda medio país preocupado porque han desaparecido las obleas de empanadillas La Cocinera y quisiera ayudar diciendo que, si tenéis un colmado de productos orientales cerca, las placas de pasta wonton son perfectas. Y de paso os pilláis arroz, verduras y otras cosinas muy buenas”, recomendaba otro.

Alternativas a las empanadillas de Buitoni

Así, mientras los consumidores esperan a que las obleas de Buitoni regresen a los lineales, deben buscar alternativas. Una de ellas es, ciertamente, optar por placas de pasta wonton, que se utilizan para envolver un plato que podría definirse como el ravioli asiático.

También cabe, por supuesto, cocinarlas de forma casera. Tal y como recuerdan en la web de Lekue, el fabricante del famoso estuche de vapor, la masa de empanadilla se puede preparar tanto en un robot de cocina como a mano, y no es una tarea muy complicada. Para que los bordes queden realmente crujientes, recomiendan pintarlas con huevo batido antes de meterlas en el horno.

Dos personas amasan empanadillas / FREEPIK

Cómo hacer la masa

Para preparar la masa de unas 20 empanadillas bastan unos 200-250 gramos de harina de trigo común, 100 ml de agua caliente, 50 gramos de aceite de oliva (también hay quienes optan por la mantequilla, pero siempre es más recomendable el AOVE), un huevo y un pellizco de sal.

En un bol, la harina se mezcla con el agua. A continuación se añade un huevo y se sigue removiendo con una cuchara hasta que todo quede bien ligado. Tras esto, la masa se extiende sobre la encimera, sobre la que se esparce un poco más de harina, y se forma una bola compacta que debe dejarse reposar durante unos 10 minutos. Finalmente, solo hay que formar pequeñas unidades (en forma de bolas, que después se irán aplanando una a una), cortarlas, rellenarlas y cocinarlas.

Empanadillas fritas / FREEPIK

Empanadillas congeladas

Además, siempre se puede recurrir a las empanadillas congeladas, aunque es evidente que serán peores que las caseras en términos nutricionales y de sabor. Mercadona, por ejemplo, comercializa las suyas de atún en un envase en el que vienen entre 14 y 17 unidades y cuesta 1,90 euros. En la sartén se cocinan durante 4 minutos, y también pueden prepararse en la freidora de aire, aunque en este caso hay que esperar 8 minutos a que estén listas.

Las empanadillas congeladas de La Cocinera / ALCAMPO

Las de La Cocinera, tanto las de carne como las de atún, son bastante más caras: el paquete de 10 unidades cuesta 5,05 euros. Se pueden preparar al horno. "Nuestras empanadillas de carne están elaboradas siguiendo la receta tradicional y con una masa crujiente que cubre un relleno exquisito. Listas en poquísimos minutos, estas empanadillas son perfectas para disfrutar de un aperitivo ligero de forma sencilla y rápida", explica la marca.

Arepas, quesadillas o samosas

Además, para salir de la monotonía también se puede apostar por las arepas, un plato típico de Venezuela y Colombia cuya base es la harina de maíz. Se pueden rellenar con una gran variedad de ingredientes, como carne, queso, frijoles negros, aguacate o pollo. 

Otras opciones algo más diferentes son las quesadillas (tortitas de maíz o trigo rellenas, que se preparan en poquísimo tiempo a la plancha o en una sartén y en las que la estrella es el queso) o las samosasempanadillas triangulares de origen indio rellenas de patata, guisantes, cebolla, carne o especias.