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Los consumidores españoles se derriten con los pasteles de Belém y parte de la culpa es de Mercadona

Los productos portugueses causan furor en España y Mercadona se ha sumado a la fiesta con pastas típicas del país vecino

Lidia Vega

Pasteles de Belém FREEPIK

En los últimos años, los españoles hemos incluido entre nuestros destinos turísticos al vecino Portugal. Además de conocer sus calles, monumentos y ciudades, uno de los puntos que más sorprende es la gastronomía lusa. De entre todos los productos, los más demandados son los tradicionales pasteles de Belém o Pastéis de Belém, así como los de nata.

Tal es el éxito de estos dulces portugueses, que los propios lusos arrasan con ellos en las tiendas especializadas que abren en España. Además, supermercados como Mercadona o Alcampo apuestan por estas pastas típicas que se han ganado un relevante hueco entre los lineales nacionales.

Los pasteles de Belém arrasan en España

"El producto que más nos demandan son los pasteles de nata, más conocidos como pasteles de Belém. En concreto, vendemos 600 al día de lunes a viernes, unos 1.000 los sábados y entre 1.200 y 1.500 los domingos”, cuenta a este medio Leonor Castro, propietaria de la tienda A casa portuguesa, ubicada en el barrio de Gràcia de Barcelona. Estos dulces cuestan 1,60 euros la unidad.

Un surtido de pasteles de nata / PEXELS

Pero no sólo en las tiendas de productos portugueses crece su demanda. Cada vez hay más restaurantes y bares que los solicitan. “El pastel de nata es el que más se vende, pero toda la repostería portuguesa es muy apreciada por los españoles”, destaca Rui Brito, director comercial de Luso Foods, empresa especializada en la distribución de estos artículos en España. En concreto, las zonas que colindan con el país vecino, como Extremadura, Galicia y Castilla y León, son las comunidades donde más se solicitan, aunque también destaca la demanda de Madrid y Andalucía.

La repostería portuguesa mantiene la tradición

A pesar de que tanto España como Portugal son países ibéricos y su gastronomía es muy similar, hay ciertos rasgos que las diferencian. Y es en esas particularidades donde reside su fórmula del éxito. “Los dulces portugueses todavía siguen procesos de elaboración artesanales, respetando el saber hacer de sus orígenes. Eso les aporta una identidad y sabor distinto. Por más que se respete la receta, no sabe lo mismo un pastel de nata hecho en Portugal por maestros pasteleros con años de experiencia que uno hecho fuera del país”, detalla Brito.

Huevos que sirven para hacer pasteles de Belém / FREEPIK

Otro factor importante para que estas delicias sean irresistibles a ojos de los consumidores españoles es la materia prima. “A nivel de pastelería, la portuguesa es más rica que la española. Se rescata más ese producto tradicional, el que hacían las monjas. Y los ingredientes estrella son el huevo y el azúcar”, explica la dueña de A casa portuguesa.

El queso y el vino, otros 'best sellers'

Además de la pastelería, el queso Serra da Estela y los vinos verdes y naturales son los otros best sellers lusos. "La relación calidad-precio es muy diferente entre los productos portugueses y los españoles. Por ejemplo, un vino portugués de 6 euros es un vino bueno, pero uno español de ese mismo precio no lo es tanto. Por menos de 20 euros un vino español no es bueno de verdad", afirma Castro.

Botellas de vino verde portugués / PEXELS

El vino verde, que recibe este nombre por el paisaje frondoso de la región de Minho, es, en realidad, un vino blanco fresco. El más barato que se puede adquirir en A casa portuguesa es un QM de 2018 que cuesta 19 euros. Por su parte, Serra da Estela es un queso untuoso que esta tienda catalana vende por 18 euros unos 500 gramos.

Pasteles de Belém de Mercadona 

Los pasteles de Belém de Mercadona son una versión comercial de los portugueses. La cadena valenciana, conocida por su amplia gama de productos de Hacendado, ha incluido estos dulces en su sección de repostería para acercar la popular receta a sus clientes. Están elaborados con hojaldre crujiente y rellenos de una suave crema a base de huevo y leche, buscando replicar la textura y el sabor característicos de los auténticos pastéis de Belém.

Pastel de crema similar al de Belém / MERCADONA

Aunque no alcanzan la exclusividad y la tradición de los pasteles originales de la Fábrica dos Pastéis de Belém en Lisboa, este producto de Mercadona se presenta como una alternativa accesible para quienes desean disfrutar de este famoso postre sin salir de España. Su comercialización en Mercadona ha contribuido a popularizar aún más esta delicia portuguesa, permitiendo que más personas descubran y disfruten de su sabor distintivo en la comodidad de su hogar.

¿Cuánto cuestan?

Ya se sabe que la compañía de Juan Roig es experta en ofrecer productos con una relación calidad-precio excelente. En el caso de los pasteles de Belém, Mercadona los vende por unidad, así cada consumidor puede hacer su propio surtido en función de la cantidad que necesite o desee.

Este dulce es uno de los más baratos que ofrece la cadena de supermecada. Cada pastel de crema cuesta 40 céntímos. Por tanto, una bandeja de seis unidades tendría un coste final de 2,40 euros, por ejemplo.

El verdadero origen de los pasteles de Belém

El postre más tradicional de Portugal tiene un origen que muchos usuarios desconocen. Como su propio nombre indica, provienen de originario del barrio de Belém en Lisboa. Estos pequeños pasteles se hornean hasta obtener una superficie caramelizada y ligeramente tostada. Su textura es crujiente por fuera y cremosa por dentro, y algunos se acompañan con azúcar en polvo o canela. El lugar más auténtico para degustar estos pasteles es, sin lugar a dudas, la Fábrica dos Pastéis de Belém. Se trata de un establecimiento que los elabora desde 1837 y se encuentra ubicada cerca del Monasterio de los Jerónimos.

La historia de estos pasteles se remonta al siglo XIX, cuando los monjes del monasterio empezaron a venderlos para obtener ingresos tras la disolución de las órdenes religiosas en Portugal. Los pasteles de Belem se convirtieron rápidamente en un símbolo culinario de la ciudad y del país, siendo en la actualidad uno de los atractivos turísticos gastronómicos más populares. Su sabor único y su tradición histórica los han convertido en un ícono de la repostería portuguesa, apreciado tanto por locales como por visitantes de todo el mundo.