Las tarjetas revolving vuelven a estar en el centro del debate. Este tipo de tarjetas permiten a los usuarios pagar las compras realizadas en cuotas mensuales. Sin embargo, su gran hándicap son los elevados intereses que aumentan significamente el coste de la deuda. A diferencia de las tarjetas de crédito tradicionales, las revolving renuevan automáticamente el saldo disponible a medida que se pagan las cuotas, lo que genera una deuda rotativa.
Uno de los casos más polémicos es el de Carrefour. La cadena de supermercados ha sido condenada a pagar más de 3.000 euros a un cliente después de que la justicia haya considerado "ilegal" y "nula" su tarjeta revolving.
Carrefour reconoce la ilegalidad
En la sentencia, la tarjeta de Carrefour se declara ilegal. "La tarjeta de Carrefour nula. Ilegal. No lo digo yo. Lo está diciendo esta sentencia de un juzgado", subraya el abogado Sergio Nogues. Además, la propia compañía francesa reconoce la ilegalidad, tal y como se explica en la resolución judicial.
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Finalmente, el supermercado ha sido condenada a pagar 3.291,27 euros al cliente afectado. "Si tienes una tarjeta de Carrefour que sepas que puedes quitártela de en medio y si Carrefour te está exigiendo deuda, romper la deuda", añade el jurista.
Los riesgos de las tarjetas 'revolving'
Las tarjetas revolving representan varios peligros para los consumidores. Los intereses suelen ser superiores al 20%, lo cual incrementa considerablemente el total de la deuda. Además, puede provocar un sobreeendeudamiento. Buena parte de las cuotas mensuales están destinadas a cubrir los intereses dejando el capital casi intacto y extiendo la deuda indefinidamente.
A estos riesgos hay que añadir la falta de transparencia. Muchos usuarios desconocen el funcionamiento de las tarjetas revolving y el impacto de acumular tantos intereses. Así, algunas de estas tarjetas han sido declaradas abusivas o ilegales, como en el caso de Carrefour.