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¿Alguna vez te has preguntado a qué sabe el arte? Ahora podemos conocer el regusto de un Picasso
El Jardín de Arzábal se alía con el arte y nos revela cómo fue lanzar un menú inspirado en la vida de Pablo Picasso, donde cada plato reflejaba las regiones que marcaron la vida del pintor
Iván Morales y Álvaro Castellanos siempre lo tuvieron claro. Desde el primer boceto sobre cómo imaginaban el proyecto que tenían entre manos, ambos sabían que su proyección empresarial daría un salto espectacular con un emplazamiento de la talla del Jardín de Arzábal.
“Es como tener un restaurante en el Louvre”, decían ya en su día a Consumidor Global cuando les preguntábamos cómo era abrir el restaurante a las orillas del Museo Reina Sofía de Madrid. Y es que no iban nada desencaminados cuando especulaban sobre la presencia de su marca del Grupo Arzábal a las faldas de una de las mayores colecciones de arte de España.
El arte de comer: cuando la gastronomía y la cultura se encuentran
Por ello, combinar el arte con la cocina para crear vivencias inolvidables en los comensales fue la inspiración de Iván Morales y Álvaro Castellanos, creadores del Grupo Arzábal, al conceptualizar una propuesta culinaria excepcional. El Jardín de Arzábal, ubicado en el privilegiado entorno del Museo Reina Sofía, transforma la gastronomía en una auténtica manifestación artística. Este espacio invita a los visitantes a descubrir una fusión sensorial entre la cocina, el arte y la historia, en el marco de uno de los edificios más icónicos de Madrid.
La armonización del concepto de un restaurante con su entorno es esencial, y en el caso de El Jardín de Arzábal, su propuesta se articula en torno al arte. Esta visión se manifiesta tanto en su diseño como en las experiencias ofrecidas a los visitantes. Desde cenas temáticas hasta menús que encapsulan la esencia de figuras artísticas emblemáticas, el restaurante combina creatividad culinaria con expresión cultural.
¿Alguna vez te has preguntado a qué sabe un cuadro?
Un ejemplo notable fue el menú inspirado en la trayectoria de Picasso, donde cada plato fue diseñado meticulosamente para reflejar las regiones que marcaron la vida del artista, como París y Málaga, estableciendo un vínculo singular entre gastronomía y arte y llevando a la mesa productos y platos típicos de estas tierras tan icónicas.
A los pies del Museo Reina Sofía se encuentra este restaurante, que destaca por su invernadero, carpas con puertas móviles, un jardín vertical, una área de mesas altas al aire libre y una atmósfera que oscila entre lo tropical y lo mediterráneo. En cualquier caso, su esencia es versátil: es un espacio ideal tanto para disfrutar de un buen tapeo así como de una comida completa.
El Jardín de Arzábal pretende dar de comer a tus emociones
La visión culinaria del Grupo Arzábal, al igual que el arte, se erige como una herramienta de expresión que redefine los espacios y despierta emociones. Cada aspecto se diseña cuidadosamente para brindar una experiencia completa: desde la iluminación y la acústica hasta la textura de los manteles y la estética de los platos.
Cada elemento responde a un propósito artístico, configurando un conjunto de estímulos que, como una obra maestra, deja una huella duradera al ser experimentado. Es una invitación a sumergirse en los sentidos y a contemplar la gastronomía como una pieza más dentro de una exposición.
El jardín de Arzábal se da la mano con Museo Reina Sofía para no soltársela
“Adaptarnos al entorno es clave para nosotros. Si el espacio nos trae visitantes, nuestra prioridad es cuidarlos y explorar cómo generar una relación significativa con ellos, ya sea a través de cenas inspiradas en las exposiciones o eventos especiales que conecten con la esencia del museo.
Además, nos gusta rendir homenaje a artistas reconocidos, incorporando guiños a sus obras en nuestras propuestas” afirma Iván Morales. “La relación con el museo para generar sinergias es muy buena y nos gusta trabajar con ellos en actividades que sumen para ambos proyectos”, comenta Álvaro Castellanos con orgullo ahora que han renovado 5 años más el concurso por tener su restaurante en este emplazamiento tan idílico.
Un modelo de negocio que busca hacer del visitante cliente
Grupo Arzábal ha desarrollado un enfoque innovador que trasciende el concepto tradicional de la restauración, diseñando espacios en los que cada experiencia está cuidadosamente concebida para ser disfrutada en su totalidad. Los integrantes del equipo entienden la gastronomía como una forma de arte, en la que todos los elementos, desde los sabores hasta la ambientación, se integran en una composición destinada a provocar emociones y establecer conexiones significativas.
Siguiendo el modelo de una obra artística, sus proyectos invitan al visitante a explorar, sentir y reflexionar, demostrando que la cocina también puede ser un lenguaje para transmitir ideas y crear belleza.
El Jardín de Arzábal, aplaudido por la crítica
La cuenta de Instagram, llamada @anatomiadelgusto para “amantes de la gastronomía y el buen vivir”, decidía dedicarle esta crítica gastronómica como visitante y turista al hilo de lo anteriormente comentado: “Siempre me preocupa el trato que damos a los visitantes. Porque quizá es ese el que nos den en otros lugares y ni nos percatemos. Y es que todos somos turistas alguna vez, muchas hoy en día.
Pasas por esos bares turísticos de las plazas y playas, con sus collages fotográficos cubiertos de paellas prefabricadas y se te cae el alma a los pies. Por eso, es un alivio poder enseñar un sitio como @eljardindearzabal, el restaurante del @museoreinasofia, tanto que podríamos decir que es ejemplo mundial entre los museos. Que yo recuerde, solo en el @centrepompidou, George’s del grupo Costes, resulta tan bonito y atractivo” escribía a modo review gastronómica sin perder la oportunidad de invitar a sus seguidores a probar una experiencia culinaria que no solo no defrauda, sino que enamora.