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Alcampo vende una botella de agua por 3 euros en tienda, mientras que en la web cuesta la mitad

La empresa filial del grupo francés Auchan ofrece diferentes precios dependiendo de su canal online y sus establecimientos físicos con enorme disparidad

Ana Carrasco González

La botella de agua que cuesta 3 euros en Mi Alcampo / CG

Una publicación en la red social X bastó para agitar y generar repulsión entre los internautas. “Tres euros por una botella de agua en un Mi Alcampo”, enunciaba Marta Medina a través de su cuenta y, en pocos minutos, la noticia se propagó a través de republicaciones y ‘me gustas’. El elevado precio de la botella encolerizó y desconcertó por igual a la mayoría, sin embargo, la perplejidad aumentó al descubrir que en la página web de la empresa del grupo Auchan, la misma botella cuesta la mitad. 

El agua embotellada en cuestión, de la marca Evian, se ubica en un establecimiento de Mi Alcampo, uno de los supermercados urbanos de ultraproximidad de Alcampo, situado en la Plaza de Sant Jaume de Barcelona, donde se ubican el ayuntamiento y la Generalitat de Cataluña, y por la que pasan miles de transeúntes cada día. Este medio acude al lugar para verificar el anuncio de Medina y, efectivamente, la botella de 75 centilitros tiene un coste de 2,99 euros

El doble de caro que en la web

“¿Está bendecida por el Papa?”, “¿Será agua de Anís del Mono?”, “Es el doble que un litro de aceite de girasol”. Estos son algunos de los comentarios que se pueden leer en la red social de Elon Musk en respuesta a la publicación de Medina. En relación con el último comentario, cabe destacar que el aceite de girasol de la marca propia de Alcampo cuesta 1,45 euros el litro.

El precio de la botella de Evian en la página web de Alcampo / CAPTURA

No sólo cuesta el doble que el litro de aceite de girasol, la misma botella de la misma marca Evian cuesta en la página web de Alcampo 1,64 euros, lo que supone prácticamente la mitad del valor que en el establecimiento de Mi Alcampo. Esta disparidad de precios en un mismo producto genera interrogantes sobre su legalidad y las razones que hay detrás de esta diferencia en el costo. 

¿Por qué cuesta diferente?

Emili Vizuete, director del máster en Comercio y Finanzas internacionales de la Universidad de Barcelona, explica a Consumidor Global que la diferencia de precios se debe a que los puntos de venta de proximidad no son de propiedad sino que son franquicias de Alcampo. “Cada uno establece los precios que quiere en función de la ubicación”, destaca el experto. 

“Las tiendas como Mi Alcampo son franquicias, lo que da la posibilidad al franquiciado a elegir los costes”, prosigue Vizuete. “En la zona donde esté ubicado este establecimiento en concreto es normal que se aprovechen de la gran afluencia de público y eso les lleve a poner precios más altos, debido a que los clientes lo van a pagar igual. Si el súper estuviese en una zona con menos tráfico de gente, los precios serían menores”, argumenta. 

La diferencia entre el canal online y el físico

Michele Girotto, coordinadora de la Gestión de Customer Experience, Retail y e-commerce impartido por la Universidad de Barcelona, señala que la empresa fija precios diferentes según el canal de distribución que puedan tener para optimizar su proceso de ventas. “De esta manera, es posible que haya un precio de venta online y otro diferente en tiendas físicas”, expresa. 

Una persona coge una botella de agua en el Mi Alcampo de la plaza Sant Jaume / CG

“Normalmente los canales online, por la tipología de compra, suelen ofrecer precios un poco más competitivos y más económicos comparado con los precios en tiendas físicas. La gente cuando hace compras online, hace compras más por volumen”, resalta Girotto. “Por otro lado, las marcas también pueden negociar un tope máximo de precios y, dentro de este tope máximo, los distribuidores pueden trabajar diferencias de precios. Esto es completamente normal y legal dentro de la estrategia de fijación de precios”, subraya la experta.

“Irremediablemente más caros”

Neus Soler, profesora de marketing en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), apunta que los costes no se repercuten al conjunto del negocio, sino que se quiere que cada tienda asuma los propios. “·El alquiler del local de la plaza Sant Jaume, por ejemplo, es significativamente más caro que el de los otros centros, por lo que los productos tendrán que ser irremediablemente más caros”, matiza. 

“Asimismo, las promociones también se pueden producir por separado. Si en una tienda tengo yogures que van a caducar pronto, los puedo poner en promoción, mientras que en las tiendas donde no tengo excedentes, no habrá descuento”, expone Soler. No obstante, la indignación pública sugiere que los consumidores esperan una mayor transparencia y equidad en la fijación de precios, especialmente para productos esenciales como el agua embotellada.