La cebolla es un pilar de la gastronomía en muchas culturas, pero también uno de los ingredientes menos agradecidos a la hora de manipular. Cortarla implica lidiar con los molestos picores en los ojos, lágrimas incontrolables y esos pequeños trozos que parecen tener vida propia, saltando por toda la cocina. Por eso, cualquier técnica que permita ahorrar tiempo y esfuerzo se convierte en un recurso valioso.
Lo que quizá no sabías es que un simple utensilio, presente en casi cualquier cajón de cocina, puede facilitar esta tarea y permitirte obtener finísimas láminas de cebolla. Este truco, nacido del ingenio culinario que tanto abunda en las redes sociales, demuestra cómo se puede redefinir el uso de herramientas comunes para simplificar nuestra vida en la cocina.
Una técnica poco convencional pero efectiva
Aunque no se trate del método más ortodoxo ni de una forma precisa de lograr un perfecto corte brunoise, esta estrategia es ideal para quienes encuentran el picar cebolla, un desafío monumental. ¿La clave? Un tenedor y un pelador de patatas.
Sí, leíste bien: ese mismo utensilio que usas para pelar patatas o zanahorias puede convertirse en tu mejor aliado al lidiar con la cebolla. La técnica, tan sencilla como sorprendente, promete cambiar tu forma de abordar esta tarea.
¿Cómo se hace?
El primer paso es preparar la cebolla como lo harías normalmente: retirando las capas exteriores con un cuchillo y eliminando los extremos. Una vez lista, llega el momento de aplicar el truco:
-Fijar la cebolla con un tenedor. Clava un tenedor en el centro de la cebolla para mantenerla firme y evitar que se deslice.
-Utilizar el pelador. Con movimientos hacia adelante y hacia atrás, pasa el pelador por la superficie de la cebolla, obteniendo finas láminas en cada pasada.
Esta técnica no solo minimiza el esfuerzo, sino que también reduce el tiempo que estás en contacto con la cebolla, disminuyendo las posibilidades de que te irrite los ojos
¿Cómo cortar cebolla sin llorar en el intento?
Entre la multitud de ideas que circulan en redes sociales, esta destaca por su simplicidad y practicidad. Aunque no sustituye el arte del cuchillo, es una alternativa ideal para quienes buscan rapidez y funcionalidad.
Así que, la próxima vez que tengas una cebolla en tus manos, considera este truco y aprovecha al máximo dos de los utensilios más básicos de tu cocina. Los resultados son cuanto menos asombrosos, pues en cuestión de segundos tendrás una cebolla cortada muy finita. ¡No le darás ni siquiera tiempo ni siquiera a tus ojos a que empiecen a llorar!
Otras formas de cortar la cebolla sin llorar
En Consumidor Global te desvelamos las mejores estrategias para cortar cebolla sin derramar lágrimas. Cortar cebolla puede ser una experiencia bastante incómoda, pero existen diversas técnicas para minimizar o incluso evitar ese molesto escozor en los ojos. Aquí te dejamos una lista de soluciones prácticas y efectivas:
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Refrigera la cebolla antes de cortarla
El frío ralentiza la liberación del gas irritante que provoca las lágrimas. Introduce la cebolla en el congelador durante unos 15 minutos (sin que llegue a congelarse) o mantenla en la nevera hasta el momento de usarla.
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Lávala bajo agua corriente
Enjuagar la cebolla con agua fría o caliente antes de cortarla puede reducir la emisión de los compuestos que causan irritación. Aunque la textura de la cebolla podría cambiar un poco, este método ayuda a disipar el gas.
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Coloca un paño húmedo sobre la tabla de cortar
Un truco sencillo y popular consiste en poner un paño o servilleta humedecida cerca de la tabla de cortar. La humedad ayuda a atraer y neutralizar los gases que se liberan.
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Usa protección física
La imagen mental puede parecerte cómica, pero te recomendamos protegerte con gafas de buceo o una mascarilla para bloquear el contacto directo entre los gases y tus ojos o nariz. Aunque puede ser un poco incómodo -y hasta gracioso- esta técnica es infalible.
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Corta la cebolla cerca de una corriente de aire
Trabajar este alimento junto a una ventana abierta, un ventilador encendido o incluso bajo una corriente de aire favorece la dispersión de las partículas irritantes antes de que lleguen a tus ojos.
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Enciende una vela cercana
Este método es cuanto menos curioso, pero efectivo. Consiste en mantener una vela encendida cerca de la zona donde cortes la cebolla. La llama actúa absorbiendo parte de los gases liberados por la cebolla.
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Evita cortar la raíz
La raíz de la cebolla concentra la mayor cantidad de compuestos irritantes. Si la dejas intacta hasta el final, reducirás la liberación de estos. Es un truco muy utilizado por chefs profesionales.
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Utiliza un cuchillo bien afilado
Un cuchillo con buen filo corta las capas de la cebolla con mayor precisión, reduciendo el daño a sus células y, por ende, la emisión del gas irritante.
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Aplica vinagre en el cuchillo
Pasar un poco de vinagre sobre el filo del cuchillo ayuda a neutralizar los compuestos liberados durante el corte. Aunque puede alterar ligeramente el sabor de la cebolla, es un método eficaz.
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Corta bajo la campana extractora
Realizar el corte mientras la campana extractora está en funcionamiento elimina rápidamente el gas emitido por la cebolla, reduciendo significativamente la irritación.
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Aprovecha una picadora
Si prefieres evitar complicaciones, opta por una picadora. Este utensilio te permitirá cortar la cebolla de manera rápida y sin contacto directo, librándote por completo de las lágrimas.
Con estas estrategias, puedes olvidarte del llanto en la cocina y concentrarte en disfrutar de tus preparaciones. ¡Pruébalas y encuentra la que mejor se adapte a ti!