Pese a lo bueno que está, el foie gras no tiene sentido ni cabida en la España del siglo XXI. Ni el fuagrás ni ningún otro alimento que implique un maltrato animal tan flagrante.
Por este motivo, la Fundación Igualdad Animal entrega hoy más de 100.000 firmas en el Congreso de los Diputados reclamando al Gobierno de España el fin de la alimentación forzada a la que son sometidos los patos y las ocas para producir foie.
La prohibición de la producción de foie gras
“Vamos a presentar estas 100.000 firmas en el Congreso de los Diputados porque ha llegado la hora de que el Gobierno escuche a la sociedad y deje de escudarse en Europa para no posicionarse al respecto”, expone Javier Moreno, cofundador de Igualdad Animal.
“La alimentación forzada es maltrato y no puede tolerarse en una sociedad moderna y ética”, añade el activista.
La alimentación forzada
Cada año en España más de un millón de patos y gansos sufren la cruel práctica de la alimentación forzada para que sus hígados enfermen y alcancen un peso hasta diez veces superior al que sería normal.
Con tan sólo cuatro meses los patos comienzan a ser alimentados a la fuerza con un tubo metálico de 30 centímetros. Durante dos semanas van aumentando la dosis hasta alcanzar los 2 kilos de pasta de maíz al día, el equivalente a 12 kilos para una persona. Muchos sufren heridas en el esófago, infecciones y dificultades para respirar muriendo antes de las dos semanas.
Los cinco únicos países europeos que aún producen fuagrás
España, junto a Bélgica, Francia, Bulgaria y Hungría, son los únicos cinco países europeos que continúan produciendo fuagrás.
La producción de foie gras está prohibida ya en 18 países: Argentina, Austria, Dinamarca, República Checa, Finlandia, Israel, Turquía, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Suecia, Suiza, Los Países Bajos y Reino Unido.
La definición de foie gras
El foie gras es el término francés utilizado para denominar al hígado graso. Para que el hígado de patos y gansos sea considerado foie gras tienen que haber sido sometidos a la alimentación forzada.
Gracias a la campaña de Igualdad Animal, en 2014 el Gobierno de India prohibió la importación de este producto, convirtiéndose en el primer país en tomar esta medida. En 2019 fue prohibido en California y la ciudad de Nueva York vetó tanto su producción como la venta. Ahora ha llegado el momento de que España dé un paso adelante en defensa del bienestar de patos y ocas.