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Adiós al desperdicio: los 5 alimentos que no sabías que podías congelar y que siempre acabas tirando
Desde la cuenta de Instagram My Real Food desvelan algunos trucos para conservar mejor la comida
En España, el desperdicio de alimentos se ha convertido en una preocupación creciente en los hogares. Muchas veces, productos que aún son aptos para el consumo acaban en la basura porque desconocemos que pueden conservarse perfectamente mediante congelación.
Desde el perfil de Instagram @myrealfood_app, que reúne a 2 millones de seguidores, se ha compartido un vídeo educativo mostrando qué alimentos pueden congelarse y cómo hacerlo adecuadamente. Este gesto sencillo no solo contribuye a ahorrar dinero, sino también a reducir el impacto ambiental y promover una cocina más sostenible.
Conservación prolongada: alimentos y técnicas
El vídeo comienza con un ejemplo práctico: cómo congelar mozzarella tras abrir el envase. Es tan sencillo como cerrar bien la bolsa original o transferir el queso a un recipiente hermético para evitar que absorba olores del congelador:
1. Esta técnica también funciona con mozzarella rallada, ideal para pizzas, lasañas o gratinados, ya que mantiene su textura y sabor al descongelarse. Basta con tomar la porción deseada y dejar el resto conservado.
2. Otro ejemplo destacado es el aguacate, conocido por su rápida oxidación tras abrirlo. Este fruto puede congelarse entero, con piel incluida, o deshuesarse y almacenar solo la pulpa en una bolsa hermética. Así, se conserva durante meses sin perder sus propiedades.
3. El tomate entero también se presenta como una excelente opción para el congelador, especialmente si se utiliza en recetas como caldos, guisos o salsas. Al descongelarlo, la piel se retira fácilmente tras sumergirlo en agua caliente, lo que facilita su uso en la cocina. Este método es especialmente útil para aprovechar tomates maduros antes de que se estropeen.
4. Las salsas son otra solución práctica para el congelador. Tanto las sobras como las preparaciones en grandes cantidades pueden almacenarse en bolsas herméticas. Un truco útil es marcar la bolsa con un cuchillo para después de congelar, dividirla en porciones, de manera que se descongele solo lo necesario, evitando el desperdicio.
5. Las hierbas frescas, como el perejil, el cilantro o la albahaca, tienden a deteriorarse rápidamente en el refrigerador, lo que a menudo termina con ellas secándose y siendo desechadas. Para prolongar su vida útil, una opción ideal es lavarlas cuidadosamente, picarlas y guardarlas en bolsas herméticas si se desea conservarlas frescas. También es posible colocarlas en cubiteras con agua o aceite de oliva antes de llevarlas al congelador.
Más alimentos aptos para congelar
Aunque los alimentos mencionados son los destacados en el vídeo de @myrealfood_app, existen muchas otras opciones igualmente prácticas para evitar el desperdicio:
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Pan y repostería: Estos productos suelen desecharse con frecuencia en los hogares. Congelarlos puede ser la solución para prolongar su vida útil. En el caso de las barras de pan, se recomienda cortarlas en rebanadas antes de congelarlas para facilitar su descongelación. Magdalenas y bizcochos pueden almacenarse enteros, preservando su textura y sabor.
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Frutas maduras: Plátanos y fresas que están a punto de echarse a perder pueden cortarse y congelarse. Esto las convierte en ingredientes perfectos para batidos, postres o helados, ayudando a evitar el desperdicio. Finalmente, las frutas maduras, como los plátanos o las fresas, se pueden trocear y congelar para emplearlas en la preparación de helados, batidos o postres, evitando de esta manera que se desperdicien.
Alimentos no aptos para congelar
En términos generales, los alimentos que no deben ser congelados bajo ninguna circunstancia incluyen huevos cocidos con cáscara, vegetales u hortalizas destinadas a consumirse crudas, pasta o arroz sin cocinar, patatas, comidas fritas y otros productos con elevado contenido graso.
A continuación, te compartimos una lista de algunos alimentos que no es recomendable congelar: frutas y verduras con un alto porcentaje de agua, como pepinos, lechugas y sandías. El proceso de congelación y descongelación provoca una pérdida significativa de agua, lo que resulta en la desaparición de la textura crujiente que los caracteriza.
A través de estas técnicas, es posible maximizar la vida útil de los alimentos y reducir su desperdicio. El congelador se convierte en un aliado clave para aprovechar al máximo los productos y disminuir el impacto ambiental, mientras se fomenta un consumo más responsable y práctico en la cocina cotidiana.